Reseña/Opinión: Los iniciados, película inspirada en el universo literario de Mario Mendoza

“Nuestro mundo es una bestia que desde hace años engorda, engorda y engorda con un destino claro”, dice uno de los villanos de «Los iniciados», película del director colombiano Juan Felipe Orozco, inspirada en el universo literario del escritor bogotano Mario Mendoza. Este mensaje es el abrebocas perfecto para hablar de la trama de la cinta, la cual se centra en un futuro distópico y en una ciudad en la que el agua potable parece haberse agotado. Sin razón aparente, en este lugar empiezan a presentarse asesinatos y desapariciones a diario, hecho detonante para que el periodista judicial Frank Molina comience a investigar el misterio detrás de estos siniestros.

Ciudad Gótica es un elemento central en la obra de Mendoza y es maravilloso ver reflejada en la pantalla la esencia de ese territorio caótico, oscuro, lluvioso, hostil, lleno de una esperanza que se resiste y de un instinto de rebeldía que no cesa. La fotografía a cargo de Camilo Monsalve es espectacular y hace brillar las calles omitidas en las que se pierden vidas; los puestos de comida de las plazas de mercado; los extramuros en los que la corrupción encuentra su hogar y esos miles de escenarios en los que la ciudad sobrevive, se quiebra y se revoluciona. La atmósfera, la ambientación y los colores de esta producción son de sus puntos más fuertes. Bien dice uno de los carteles que aparecen a lo largo de la cinta: “La belleza está en la calle”.

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Lo anterior es algo muy marcado en la obra gráfica del autor, una serie de diez cómics titulada «El último día sobre la tierra» (encuentra aquí una reseña) y la trilogía de novelas gráficas «Mysterion», ambas enfocadas en mostrar un futuro apocalíptico que pone al límite a quienes lo habitan. Tal parece que la ciudad que se diseñó desde cero para generar lo que se buscaba en «Los iniciados» hace un guiño a la búsqueda estética que el escritor ha realizado junto al colectivo de artistas gráficos Proyecto Frankenstein.

Otra de las cosas a destacar es tener a Frank Molina (interpretado por Andrés Parra) y a Gaby (interpretada por Aria Jara) como dos de los protagonistas de la película. Este par de personajes son icónicos dentro de la obra de Mendoza y en ellos confluye el mensaje central de su escritura: la resistencia y la necesidad de esta para sobrevivir en una sociedad depredadora e indolente. El primero es un periodista alcohólico en decadencia diagnosticado con bipolaridad que aparece en cuatro de los títulos más representativos del autor: «Lady Masacre», «La melancolía de los feos», «Diario del fin del mundo» (encuentra aquí una reseña del libro) y «Akelarre». La segunda es la protagonista de la ya mencionada «Lady Masacre», una mujer que en las noches se sube al ring para convertirse en la luchadora más mordaz.

Vale la pena mencionar que la Red Comunitaria Trans de Bogotá colaboró con la producción de la película para encontrar a las personas indicadas para interpretar los papeles de Gaby y de la periodista Mónica Perdomo, esta última personificada finalmente por la artista urbana LoMaasBello, quien usa la música como un instrumento de activismo por los derechos de la población LGBTIQ+. El resto del elenco está conformado por actores y actrices de renombre como Patricia Tamayo, Jorge Cao, Juan Pablo Urrego y Victoria Hernández, entro otros.

Para empezar a analizar más a detalle la cinta, hay que advertir que, si bien toma elementos de los libros, se separa en muchos aspectos de ellos. Parafraseando al mismo Mendoza, es mejor dejar a un lado lo que leyeron y disfrutar de lo que van a ver.

A medida que Frank encuentra pistas sobre la identidad de quienes están detrás de lo que ocurre en la ciudad, el largometraje hace una crítica al rol del periodismo en cualquier sociedad y a la necesidad de ejercerlo con profesionalismo y respeto pues representa una de las pocas herramientas de control y defensa ante gobiernos autoritarios y corruptos como el que expone la película. Sin embargo, lo que puede verse como un juicio inicialmente se interpreta también como un homenaje a los periodistas que han defendido al pueblo, que le han mostrado lo que otros han tratado de ocultarle y que van hasta el fondo por encontrar la verdad, algo por lo que, en palabras de Frank Molina, “vale la pena bajar al infierno y volverse mierda”.

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Las novelas que inspiraron la película

También se aborda la forma en que se valúa la vida de las personas cuando hay un juego de poder de por medio y cómo la gran mayoría de la población termina convertida en peones de un enorme tablero de ajedrez para aquellos que están en posiciones privilegiadas.

De la misma manera, la producción ofrece un retrato de los desplazamientos forzados (incluidos los generados por cuestiones climáticas), el recrudecimiento de la pobreza, la corrupción instalada en quienes tienen el control y los telones que se crean para ocultar las atrocidades que se cometen. Pareciera que el futuro distópico que se presenta fuera el hoy que estamos viviendo.

Desde el primer segundo es notorio que este es un proyecto ambicioso, lo cual se logra muy bien desde lo visual, pero no tanto así desde un par de lugares. La película tiene buenas actuaciones (mención especial para el magnífico Andrés Parra), pero se queda algo corta a la hora de hacernos conectar y conocer más a sus personajes; además, las subtramas no terminan de ser lo suficientemente fuertes para que todo estalle como podría lograrlo. Puede que se haya querido abarcar demasiado en el desarrollo y eso le jugara en contra al final.

«Los iniciados» condensa el mensaje central de la obra de Mario Mendoza en un largometraje lleno de intriga, acción y una fuerte crítica hacia la manera en que usamos el poder. Un thriller que representa el caos hacia el que nos dirigimos como humanidad y lo clave que es empezar a pensar en el otro y no solo en el yo.

Estoy seguro de que los lectores del autor la van a disfrutar muchísimo.

Pdta.: Destaca especialmente la musicalizacion y lo correcta que resulta para generar tensión, drama y potenciar el suspenso. La banda sonora contribuye sobremanera. 

Si encuentran este cameo en la película, me avisan

ADVERTENCIA: Lo siguiente contiene spoilers

La obra de Mendoza tiene destellos de esperanza y busca al arte y la cultura como formas de generar cambios, pero siempre teniendo de fondo el pesimismo nacido de lo que la realidad nos da. En esta cinta esa esperanza termina por robarse la escena y no veo nada mal que se dé de esa manera, sin embargo, el modo fortuito y algo facilista en que algunos sucesos cierran terminaron dejando, al menos en mí, una sensación bastante extraña. Quizá se trate de que me encontré con un 'final feliz' muy de Hollywood.