Reseña: La melancolía de los feos - Mario Mendoza
A veces nos olvidamos de la vida. Vamos en piloto automático sentados frente a un computador, teniendo conversaciones que no deseamos, dejando atrás lo que nos gusta e ignorando lo que nos rodea. Nos convertimos en autómatas. Nos dejamos ganar la batalla por un sistema para el que somos simples datos, cifras. Compartimos partes de nosotros en redes sociales tratando de que lo que somos o aparentamos sea lo suficientemente atractivo, de adornar los matices de la cotidianidad.
León Soler está atrapado en ese círculo. Él es un psiquiatra de cuarenta años, soltero, obsesionado con su profesión y sumido en la rutina de su consultorio. Todo cambia cuando recibe una carta con el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero con el mismo término que usó el artista alemán Alberto Durero en su famoso grabado: Melencolía. Viene firmada por El Hombre Murciélago, a quien León logra darle nombre rápidamente. Alfonso Rivas, un viejo amigo de su infancia, es quien la ha escrito.
A causa de unos medicamentos psiquiátricos que consumió su madre durante el embarazo, Alfonso sufrió distintas malformaciones: su columna vertebral generó una curvatura indeseable, sus piernas se atrofiaron y sus brazos no crecieron como debían. Además, su vista deteriorada lo obligó a usar lentes gruesos desde muy joven. Por lo anterior, no lo enviaron al colegio sino que lo educaron en casa, haciendo que su interacción con otros niños fuera nula. Pero la vivienda de su abuela era hogar de estudiantes universitarios que poco a poco fueron acercándose a él, enseñándole cosas y compartiéndole libros. Sin embargo, el verdadero contacto con un ser humano llegó cuando León lo saludó estrechándole la mano y diciendo "te he visto varias veces sentado aquí, en las escaleras, pero no había tenido la oportunidad de saludarte. ¿Cómo te llamas?".
La carta concluye reviviendo el momento en que Alfonso se encerró llorando en su cuarto para no tener que despedirse de León, su amigo, quien se iba a mudar pronto junto a su madre. Así inicia «La melancolía de los feos» del escritor colombiano Mario Mendoza.
A través de su literatura, el autor ha dado voz a los marginados, a los outsiders como Alfonso, personaje cuya realidad simboliza el rechazo del que son víctimas quienes se salen del canon o, como él mismo lo menciona, los feos, los pobres y los que piensan diferente. Aquellos a quienes se silencia a través de la indiferencia. Este libro nos recuerda que no todos habitamos el mundo de la misma manera y que damos por sentadas demasiadas cosas.
Hay una sensibilidad increíble en la forma en la que conocemos a Alfonso a través de sus cartas. Él le cuenta a León y nos cuenta a nosotros como lectores detalles de su infancia, su búsqueda por "la normalidad", la inmensa soledad que lo abruma, su amor por Batman y las lecturas que lo han acompañado a lo largo de los años, entre otras vivencias.
Pero las cartas no solo son el camino de desahogo de un hombre discriminado, olvidado por el sistema y con una profunda melancolía al que un día su amigo de infancia le recordó que era humano, sino también un empujón para que León decida hacer algo diferente con su vida.
Leer a Mendoza también es leer a Bogotá vista desde el extramuro, desde las panaderías de barrio, las calles mal iluminadas, el caos cotidiano y las cuadras llenas de gris en las que se esconde tanta desigualdad y melancolía, pero a su vez una Bogotá en la que se resiste y se sueña.
«La melancolía de los feos» es una mirada profunda y honesta a las realidades que nos incomodan por diferentes y a las que preferimos ocultar o hacer a un lado. Una crítica al ostracismo social que empuja y excluye, y a un sistema que vive de apariencias. Una invitación a la empatía y al entendimiento de la otredad, a tratar con dignidad y respeto a quienes nos rodean. Una defensa a esos de los que poco se cuenta.
Pdta.: Esta es la segunda novela de la tetralogía de Frank Molina, compuesta por 1. Lady Masacre, 2. La melancolía de los feos, 3. Diario del fin del mundo y 4. Akelarre. Así mismo, Los iniciados es una adaptación de los casos de este detective.
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