Reseña: Los libros que devoraron a mi padre - Afonso Cruz
Un día desperté y todo mi mundo se había transformado. De la calma del sueño casi permanente y la navegación en aguas mansas ya no quedaba mucho; mi susto fue tal que el llanto se hizo presente de manera inmediata ante la presencia de seres extraños que querían alejarme del ser que me había acompañado de manera incondicional hasta ese momento. Años después descubrí que todo eso era normal, que algún día tendría que salir del vientre de mi madre antes de que este explotara y empezar a enfrentar mi vida de manera más autónoma. Desde aquel 23 de octubre de 1990 hasta el día de hoy he podido conocer detalles del mundo en el que vivo, del entorno en el que muevo, del ser humano que fui, del que soy y del que quiero ser. Desde aquel primer día el universo se convirtió en mi salón de clases. Aprendí que un sorbo de leche puede ser una cena perfecta, que hay formas más allá de las palabras para expresar lo que sentimos, que no hay acción más entrañable que un abrazo, que las lá