Reseña: Un vestido para los malditos - Autumn Krause

Avon-upon-Kynt es la capital de Britannia Secunda y también el lugar en donde está ubicada la Casa de la Moda (CM), un centro no solo de vanguardia sino también de poder. Cada cinco años, Madame Jolène, directora del lugar, realiza una convocatoria para que jóvenes de las principales ciudades compitan para convertirse en aprendices de diseño en CM, un privilegio que cambiará para siempre su destino. Sin embargo, Los Reformistas, un partido político que está empezando a ser más y más representativo en el país, exige a Madame Jolène que confeccione prendas de vestir no solo para unos, sino para todos los ciudadanos, mostrándose así más incluyentes y cercanos a su pueblo; como medida para ello, debe incluir a una chica del campo en la competencia.

Emmaline Watkins es una adolescente que vive en Shy, un pueblo cercano a la capital, en donde trabaja junto a su madre en un pub, con la ilusión permanente de que los diseños que prepara en su cuarto algún día sean usados por muchas personas, y a su vez con el miedo de que el único futuro cierto para ella se haga realidad: tener que quedarse en el pueblo donde nació y centrar su vida en hacer algo ordinario y que no le apasiona. Pero la esperanza surge para ella cuando ve en el periódico que Madame Jolène visitará los pueblos de Britannia Secunda buscando candidatas para su competición. Y sí, ella resulta consiguiendo uno de los cupos.

Lo que sigue en esta historia es lo que cuenta la escritora y asesora de modas estadounidense Autumn Krause en Un vestido para los malditos, su primer libro, traducido al español por Victoria Boano.

Antes que nada, tengo que hacer una advertencia para que no les ocurra lo mismo que a mí. Tenía ganas de leer una novela corta y autoconclusiva con toques de fantasía, y en la contraportada de esta se anuncia que hace parte de la línea #fantasy del sello editorial Puck, así que decidí empezarla. Lo que me encontré fue una novela corta y autoconclusiva, pero con nada de fantasía. Absolutamente NADA. Así que si eso es lo que quieren, este libro no es lo que buscan.

Dejando de lado esto, aquí hay una historia juvenil sencilla, que se deja seguir fácilmente, y que me recordó series literarias como La selección o Bellas, programas de televisión como Project Runway o películas como The neon demon o El diablo viste a la moda.

Todo se desarrolla en una especie de Londres victoriano por sus estructuras sociales, pero con una inclinación de diseño mucho más vanguardista, con el fin de dar rienda suelta al oficio y la imaginación de la autora, quien no escatima en descripciones para hacer más vívida la experiencia de confección de una pieza y todo lo que está detrás de un concepto para ello. Este detalle será un deleite total para quienes sean amantes del tema, pero podría aburrir a los que quieran mayor dinamismo en lo que están leyendo o no tengan mucho interés en asuntos de moda.

Vivimos en una sociedad en donde las apariencias y los Likes parecen serlo todo, pero sabemos que detrás de una sonrisa pueden esconderse tragedias y personajes inimagibles, mentiras que se perpetuan y que terminan por convertirse en laberintos sin salida. Gracias a la sociedad que plantea la novela, la autora se permite hacer una crítica al respecto, y también al peso de las expectativas que las generaciones pasadas ponen en las presentes, y a los traumas y problemas que de ello pueden surgir.

La narración del libro es en primera persona, por lo que estaremos metidos en la cabeza, emociones, miedos, sueños y acciones de Emmy todo el tiempo. Nuestra protagonista tiene una visión reducida de lo que pasa a su alrededor, desconoce mucho acerca del funcionamiento del gobierno de su país y los hilos que se tejen en las estructuras de poder y la corrupción que parece permearlo todo. Y aunque poco a poco irá descubriendo algunas cosas, muchas otras quedan en el limbo para ella y para nosotros como lectores. Este ejercicio tiene sus contras y sus pros porque, aunque uno queda con la sensación de que falta algo de desarrollo en la trama, en la competición y en los personajes secundarios principalmente, el hecho de ponernos en los zapatos de esta chica representa también lo pequeños que somos ante el sistema y lo mucho que se nos escapa de todo lo que ocurre arriba de nosotros y que termina definiendo en muchos casos nuestro futuro.

Como lo mencioné anteriormente, hay muy poco desarrollo de los personajes porque la mayoría de la acción se centra en Emmy, a quien acompañamos en su camino de abrir los ojos, de darse cuenta de que no todo lo que brilla es oro y de que la ruta que siga, sin importar la que sea, estará llena de obstáculos y superar muchos de ellos dependerá solamente de ella, pero algunos otros no están tan fácilmente a su alcance. Y disfruté seguir la historia de esta chica, verla frente un panorama totalmente adverso y más aún su sentimiento de no darse por vencida, de seguir adelante a pesar de lo que ocurriese. Un mensaje muy valioso.

Si han leído algo de este blog, saben que no soy fan del romance, y menos cuando este es instantáneo, por lo que tengo muy poco que decir al respecto del que se presenta en este libro. Nada memorable en ese apartado.

Ilustración de Salome Totladze

No puedo cerrar la reseña sin hablar Sophie Sterling, quizás el personaje secundario más importante del libro, y mi favorito sin duda alguna. No sé si es por lo enigmática, por lo profesional que es, por los vistazos de su pasado que me dio el libro o porque también ama el color negro como yo (y como el de Autumn Krause), pero me gustó mucho conocerla. Una mención especial a la mamá de Emmy. Gracias a ambas vemos como el amor y la amistad cobran relevancia en la narración. Es necesario que se elimine el pensamiento de que una mujer no puede confiar en otras mujeres.

Un vestido para los malditos es una novela entretenida, ligera, con un interesante mensaje sobre trabajar duro por lo que nos proponemos, y perfecta para los amantes de la moda y el diseño. Llenas de tonos, traiciones, texturas y brillo, las líneas de esta historia son muestra del amor de la autora por su trabajo, pero en ocasiones esto parece jugar en contra del desarrollo mismo de otros aspectos de la trama. Seguramente es algo que se irá puliendo libro tras libro.

 

Pdta.: Amo la cubierta de este libro.


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