Reseña: Tres promesas - Lesslie Polinesia

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Cuando estaba en el colegio quería ser un científico como Albert Einstein, llevar todo el día una bata blanca y estar metido en un laboratorio tratando de descubrir cosas que le hicieran un bien a la humanidad. La vida me llevó por el camino de los números y terminé descubriendo formas de hacer que las empresas llevaran sus cuentas de manera ordenada e hicieran más eficientes sus procesos. Pero caminando encontré otra ruta, una llena de letras e historias, la misma que ahora recorro convencido de que me llevará al lugar que quiero.

Todos tenemos un talento, una vocación, algo que queremos hacer por el resto de nuestras vidas. Para algunos encontrar esto es más sencillo, como es el caso de Ana, uno de los personajes de Tres promesas, la primera novela de Lesslie Yadid (más conocida como Lesslie Polinesia en el mundo digital). Desde pequeña ella sabía que quería ser artista y, a punto de salir del colegio, ya ha ganado una reputación en su gremio y ve con cierta claridad su futuro. Del mismo modo le ocurre a Lily (nuestra protagonista), quien sabe que quiere dedicar su vida a ayudar a los más necesitados.

Sin embargo, este panorama no es igual para todo el mundo. Pablo (nuestro protagonista), por ejemplo, no sabe a qué quiere dedicarse. Él es hijo de un importante empresario que espera que el legado de su compañía quede en manos de su primogénito, pero Pablo no está convencido de querer hacerlo.

Foto tomada de la librería La Ventana

¿Por qué empecé hablando de este tema? Porque, sin duda alguna, es lo más interesante que tiene Tres promesas: la importancia de las decisiones en nuestro camino. Este libro va dirigido al público juvenil (lo recomiendo para mayores de 14 años) y resulta acertado que aborde lo difícil que puede llegar a ser encontrar nuestro lugar en el mundo y el papel que juegan muchos actores en esto. Seguramente les habrán dicho que deben dedicarse a algo que les dé dinero, que deben decidir rápido y no perder el tiempo, o algunos querrán imponerles un futuro que ustedes no desean, pero estoy casi seguro de que ello no puede terminar muy bien. Hay algo que comparto con la autora y es que no hay nada mejor que hacer lo que nos apasiona y, aunque pueda parecer difícil, trabajando duro y siendo disciplinado hay grandes posibilidades de lograrlo. Resulta muy valioso que voces con influencia como Lesslie quieran dar resonancia a este mensaje porque, aunque pueda parecer vacuo, a este mundo le hacen mucha falta más personas felices con lo que hacen.

Pero ¿de qué va Tres promesas? En resumen, esta novela nos presenta a Pablo, Lily y Ana, tres adolescentes con un hecho del pasado que los marcó para siempre y un futuro que espera a que se decidan a tomarlo de la mejor manera.

Esta es una novela romántica hasta los tuétanos, ligera, breve y, a pesar de lo tremendamente predecible que resulta, la terminas en menos de lo que canta un gallo (en mi caso, cuatro horas).

Todo el romance que se origina me pareció fortuito y apresurado (instalove puro y duro), pero representa una generación diferente a la mía y se desarrolla en una clase social con la que no tengo mucha cercanía, por lo que no me atrevería a decir que las situaciones que muestra son irreales o ilógicas del todo, aunque para mí hubo un par de cosas de no creer.

No obstante, la autora hace una pequeña y acertada alusión al papel que está jugando la tecnología en la concepción las relaciones, la cual permite que visualicemos cómo se ha transformado todo y los cambios trascendentales que han sufrido las formas de interacción humana con el paso de los años.

Adicional a esto, me agrada ver que el mensaje sobre la importancia de la salud mental y de dejar de ver como un tabú el buscar ayuda profesional siga calando en estas historias y llegando a más y más personas. Esta misiva está presente en Sí, si es contigo de Calle y Poché y también en esta obra.

Ahora vamos con lo que no me gustó tanto. Si hay que hablar de los personajes, no hay mucho que pueda destacar. El desarrollo que se les da no es el suficiente para terminar de entender las decisiones que toman. El marco de cada uno es mínimo, lo que hace que todos se sientan planos.

En la novela no pasa mucho. Todo resulta parsimonioso y los puntos de drama que tratan de darse son presumibles o poco creíbles. Las resoluciones a los escasos problemas de los personajes son demasiado casuales, lo que hace que la historia no tenga la emotividad suficiente.

Tres promesas es una novela que llegará a muchos jóvenes y espero que encienda en ellos la curiosidad por seguir conociendo más historias de las que los libros pueden ofrecerles. En mi opinión es una obra con interesantes mensajes sobre el valor de nosotros mismos, la importancia de las decisiones y lo necesario del perdón, temas que lamentablemente se van diluyendo en la relación romántica que se presenta, en un par de protagonistas muy aburridos y en lo absurdamente previsible que resulta el desarrollo de todo.

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