Reseña: Nieve como cenizas - Sara Raasch
El reloj marcaba las ocho, a veces las nueve y unas cuantas
las 10. Luego de cepillarme los dientes y ponerme la pijama de carritos, salía
corriendo hacía mi cuarto para meterme debajo de las cobijas.
El planeta estaba desolado y una tierra cobriza lo cubría
todo. El calor era insoportable y gracias a las montañas predominantes el
avanzar en el camino resultaba en una travesía peligrosa, pues los enemigos
estaban alerta y al acecho constantemente.
Phoner, Tijeras y Manta se mantenían en pie a pesar de todo,
en búsqueda del talismán que el malvado Cocho había robado para hacer suya la
magia que en él se mantenía. El planeta perdió su alegría, y los tiempos
oscuros se hicieron presentes.
De la nada un batallón de extraños seres irrumpió en el
trayecto del trío dinámico; era el ejército del malvado Cocho que había sido
enviado para acabar de una vez por todas con cualquier resquicio de
resistencia.
Ni la inferioridad numérica, ni el notorio cansancio por las
largas horas de caminata, ni ninguna otra circunstancia importó; Phoner,
Tijeras y Manta lucharon como los grandes guerreros que eran, y con la piel
ajada por las marcas de la batalla se dirigieron al castillo de aquel que había
acabado con su mundo. El fin de la guerra, para bien o para mal, estaba a
metros de distancia…
A Morfeo no le importó el destino de todo un planeta, así
que tuve que dejar mis hielocos en la mesa de noche, cerrar los ojos y escapar
al mundo de los sueños, a ver si allí encontraba la manera de que Phoner,
Tijeras y Manta ganaran la batalla en medio de las montañas de tierra cobriza
que me arropaban en ese momento.
La fantasía y la magia en conjunto pocas veces han tocado mi
universo de lecturas, inclusive me atrevería a decir que el único acercamiento
con ambas en un mismo paquete fue “Todas las hadas del reino” de Laura Gallego,
con la cual me fue bastante bien por el tono lúgubre que manejaba en medio del
arcoíris que lo revestía.
Hace tiempo me encontré con una portada y con un nombre
que me atraparon en cuestión de segundos: el gris predominante en medio de un
símbolo natural como el mismo sol, acompañado de algo un poco metafórico pero
que al análisis es bastante cierto. Sara Raasch nos trae “Nieve como cenizas”,
la primera parte de una trilogía que es traída a América Latina por la
editorial Del Nuevo Extremo (los mismos de "Zodíaco" de Romina Russell), y distribuida en Colombia por Ediciones Urano; de
ella es que venimos a hablar en esta oportunidad.
Esta historia nos transporta a un mundo dividido en ocho reinos,
cuatro de los cuales se denominan estacionales y tienen características muy
propias y particulares de acuerdo a la estación de tiempo que representen
(verano, otoño, invierno y primavera), mientras que los otros cuatro se
denominan rítmicos (Cordell, Paisly, Ventralli y Yakim). Cada uno de los reinos
tiene un monarca que se encarga de guardar la estabilidad de su pueblo con
ayuda de un relicario y un conducto.
Un día todo ese orden se ve derrumbado pues Primavera ataca
a Invierno, y este último reino queda reducido a cenizas; los escasos
sobrevivientes escapan y en medio la supervivencia, dedican tiempo a idear un
plan para recuperar lo que les pertenecía.
Encontrarse con un mundo como el que la mágica mente de Sara Raasch ha creado es algo sencillamente fantástico. Atravesamos territorios en
donde el sol hace estragos, con montañas que crean fronteras, espacios en donde
la nieve está al borde de la extinción, territorios residenciales en donde la
esclavitud aún es ley, parajes deshabitados que son el hogar para el desvalido,
y con un sinfín de descripciones que te meten de lleno en lo que la autora
plantea. Todo se va tejiendo poco a poco, dejando huecos que nuestra
imaginación se encargará de sellar.
Tomado de es.pinterest.com/bookseriesrecap |
Además, esto toma fuerza con la precisión en los detalles
respecto a la arquitectura, la vestimenta y los rasgos tanto exteriores como
interiores de cada uno de los personajes y de cada uno de los reinos a los que
hacen parte. Sara Raasch se dio a la tarea de edificar un universo y creo que
la calificación que obtiene con lo realizado es más que sobresaliente. Combo
completo.
Meira, una valiente y decidida jovencita de 16 años, será
nuestros ojos durante la aventura que significa la lectura de este libro. Ella
será la voz que nos irá contando los detalles de un grupo de inverñeros que buscan
a toda costa recuperar el relicario que el despiadado Angra (rey de Primavera)
les arrebató, para así poder con ayuda del príncipe Mather (a quién Meira ama),
reconstruir lo que alguna vez fuera su reino.
Además de Meira, la obra cuenta con otro grupo de personajes
a los que podríamos denominar como principales (Mather, Sir, Theron, Angra y
Noam), algunos secundarios (como Hannah y Heródes), y algunos otros
complementarios. En su conjunto, los habitantes de este mundo funcionan correctamente,
y si bien hacen falta detalles para conocerlos mejor en el trato uno a uno, no
es nada que empañe el desarrollo del libro.
Tomado de es.pinterest.com/bookseriesrecap |
La prosa que maneja la autora es bastante sencilla, lo cual permite
que la lectura de la obra sea amena y rápida. De vez en cuando nos encontramos
con una que otra palabra elaborada exclusivamente para el mundo de los reinos
estacionales y rítmicos, lo que potencia lo que he mencionado anteriormente
respecto de la tarea de crear un universo.
En este camino hacia la redención y el renacer, nos
encontramos con acercamientos muy sutiles pero valiosos a los sistemas
políticos que se nos han impuestos y el papel que hemos asumido ante ellos,
frente al actuar de nuestros líderes, frente a nuestra tarea en la construcción
de una mejor sociedad, y frente a muchas otras cosas que calan muy bien en una
novela dirigida al mercado juvenil.
Adicionalmente, es notoria (y muy acertada) la inclusión de
características y prácticas presentes en los reinos humanos de épocas antiguas,
los cuales descubrirán cuando lean el libro, pues no pienso arruinarles la
experiencia con él.
La magia es el centro de todo en “Nieve como cenizas”, y
esto es otro de los puntos que hacen de la ambientación y las descripciones
presentes en el libro, algo merecedor de aplausos. El tema de los conductos, la
decadencia, los símbolos, los relicarios y demás, es simplemente fascinante.
En muchos de los libros juveniles que he leído eche de menos verdaderos y necesarios espacios de acción ("Rebelión" de Anna K. Franco, por ejemplo). En el que nos ocupa en esta oportunidad ese no fue un problema alguno, pues las batallas no son simples menciones, la sangre no es una simple ilusión, y las confrontaciones se toman muchas paradas del camino.
Tomado de twitter.com/matherloren |
El desarrollo de la trama da buena cuenta de muchos de los
clichés y fórmulas exitosas que ya hemos visto en la gran mayoría de las
novelas juveniles que andan por todos los blogs, canales de youtube, y otros
medios de difusión. Encontramos un triángulo amoroso, personajes físicamente
perfectos, una heroína adolescente… El libro luce bastante genérico en muchos momentos,
lo cual le resta bastante al concepto de “originalidad” del universo que ya he
mencionado.
El otro pecado de la autora es que la manera en que nos va
contando todo, hace que muchos de los giros que la historia pretende que
descubramos se tornen algo predecibles; de a poco se nos van soltando bombas
para hacer que ciertos misterios que la trama contiene se hagan más grandes,
pero muchos de esas bombas lo que terminaron haciendo fue hacer evidente todo
lo que estaba por venir. Por supuesto, hay tuercas que no se notan sino hasta
el momento justo, pero muchas otras ya están completamente en su lugar antes de
tiempo.
“Nieve como cenizas” es una historia llena de magia,
fantasía y emoción, en donde tendremos la oportunidad de conocer un universo
muy bien construido y lleno de detalles que lo hacen maravilloso y del cual me
enamoré; un inicio de saga que aterriza en muchos lugares comunes, pero que
fuera de prejuicios, resulta muy pero muy entretenido.
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