Reseña: Corte final - Jaime Echeverri
Un estridente sonido revolotea por las paredes de la casa mientras huyes despavorido de la ducha luego de un baño de gato, pues nuevamente el despertador no fue lo suficientemente hábil para despertarte a tiempo. Alguien toca la puerta insistentemente. Luego del respectivo "¡MAMÁ, DÍGALE QUE YA SALGO!" , con una toalla en la cintura te ves inmerso en una contrarreloj para encajar en lo primero que encuentres, meter tu agenda y la entrega del día en la mochila, y continuar con un nuevo tramo hacia la mesa del desayuno en donde mamá con su rostro de reprobación y tu amigo muerto de la risa esperan mientras succionas el desayuno. El afán hace que el enjuague bucal sea tu aliado, y luego de un beso fugaz, partes con rumbo a la universidad. Entre afanes y risas recorres las calles que te vieron crecer, saludas a los vecinos de toda la vida, acaricias la cabeza del perro de la cuadra, te burlas del letrero "Viejo cochino" en el carro sucio del señor de la esquina