Reseña: Los hombres no lloran - Fiona Scarlett
"Escuché a mamá hablando por teléfono con papá un rato antes, justo ante la puerta de mi habitación. Estaba llorando y se oían gritos apagados de papá al otro lado de la línea. Creo que él también lloraba. Nunca he visto a papá derramar una sola lágrima. Siempre nos dice que llorar es una señal de debilidad. Nos dice que los hombres no lloran. Que nunca deberíamos llorar. Y así lo hacemos. Nada de lloriqueos. A no ser que estemos solos y nadie nos vea hacerlo", dice Finn, un adolescente de doce años que padece leucemia. Joe, su hermano, tiene diecisiete y un gran talento para el arte gracias al cual le ofrecen una beca en una prestigiosa escuela privada. Este par de chicos son los narradores y protagonistas de «Los hombres no lloran», la novela debut de la escritora y educadora irlandesa Fiona Scarlett.
Finn y Joe crecen en un barrio marginal de Dublín dominado por el vandalismo y el microtráfico al que describen como un lugar en el que hay “miedo a no saber qué vas a encontrar en el hueco de la escalera. Lo que te espera al doblar una esquina”. Su vida ha estado marcada por la pobreza, la violencia doméstica, un ambiente patriarcal y la sensación de que su futuro no puede ir más allá de lo que han visto hasta el momento. Además, el abandono institucional es notorio.
Finn es inteligente y dulce y tiene una valentía absurda
para enfrentar su enfermedad. Joe es protector, responsable y
creativo, pero lleva encima una huella familiar de la que anhela desprenderse,
una construida por el dolor, las emociones que ha tenido que reprimir para
proteger a quienes quiere y una rabia que lo supera al creer que su destino está
definido.
La autora crea una historia dolorosa y de ternura profunda
que entrelaza hechos del pasado y el presente y no pierde en ningún instante la
complejidad de las emociones humanas. Las voces de Finn y Taylor están llenas
de ira y frustración, pero también de un afecto inconmensurable el uno por el
otro, de una camaradería única.
Parte importante del conflicto de la novela se da por el entorno
que mencioné antes, uno que no permite a los hombres ser sensibles, que mutila en
ellos una parte esencial del ser humano y les pone una máscara demasiado
violenta. Y este es consecuencia en gran medida de la desigualdad social, de un
sistema clasista que excluye y vulnera de manera sistemática y del que las
víctimas son incontables, entre ellas las personas que habitan el libro.
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Fiona Scarlett |
Sin embargo, en dicho entorno machista refulgen las figuras
femeninas, representadas por la madre, Sabine (amiga de Joe) y la profesora
O’Sullivan. Ellas les muestran a los hombres de la historia esa sensibilidad y
calma que necesitan como una posibilidad. Ante una visión limitada y agónica del futuro, ellas son capaces de
imaginar una grieta de libertad. Sus voces son un poderoso contraste en la
narración. Aunque romper estos patrones de desigualdad es muy difícil, ellas dan
un paso al frente. Son símbolo de resistencia.
«Los hombres no lloran» es una novela en la que desde un inicio sabes cómo va a terminar, pero no estás preparado para el viaje emocional que representará llegar a ese punto. Un libro corto lleno de preguntas sobre la familia, la sociedad, el futuro y los ciclos de violencia. Una sentida y honesta carta de amor a esas personas que nunca se irán de nosotros. La terminé con lágrimas en los ojos. Totalmente recomendada.
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