Reseña: El año de gracia - Kim Liggett
Imaginen una pequeña isla en la que los hombres son los encargados de manejarlo todo. Allí, se cree que las niñas, al cumplir 16 años, se llenan de una magia peligrosa y son capaces de atraer a los hombres adultos a sus camas. Entonces, durante un año de gracia, ellas son desterradas a la naturaleza salvaje y allí descubren que aquello a lo que deben temer no es a los elementos, sino a ellas mismas. Se van con la idea de deshacerse de su magia para volver purificadas y listas para el matrimonio. Sin embargo, no todas regresan.
En este lugar aterrador y opresivo se desarrolla «El año de gracia» de Kim Liggett, novela que sigue a Tierney, una joven a punto de llegar a la mayoría de edad y a quien desde que tiene memoria le han dicho que es un peligro para la comunidad y una tentación para los hombres.
Esta distopía, que por momentos parece más una novela de horror, aborda los daños que la sociedad patriarcal ha generado en las vidas de las mujeres, quienes han tenido que jugar con todas las desventajas posibles, luchando por obtener los derechos que un pedazo de carne entre las piernas nos otorga a los hombres por omisión. Desde niñas se les vende como certeza que sus pares son competencia; que deberían desempeñarse solo en ciertas labores; que tienen que verse, vestirse y expresarse de una u otra manera, entre mucha mierda más que debería suprimirse para siempre.
Y también se habla del daño que el machismo hace a los hombres, de cómo les impide a muchos mostrar sus sentimientos o verse frágiles. Una verdadera castración.
Sin embargo, esta historia no va solo del miedo, sino de la esperanza y la posibilidad de encontrar agua en el desierto. Estamos ante un texto que refleja la realidad, hace reflexionar sobre ella y permite problematizar el presente para conversar de cara a transformar el futuro.
Y quizá lo más bonito del asunto, en medio de lo doloroso de los hechos que se narran, es el valor protagónico que asume la sororidad, mismo que deberíamos otorgarle en nuestro día a día.
«El año de gracia» es una lectura cruda y reveladora, llena de simbolismos y señales de alerta sobre los riesgos a los que estamos expuestos si damos por sentados los derechos que hemos ganado. Un libro importante para que los jóvenes (y todas las personas que lo lean) cuestionen su realidad, especialmente en tiempos donde el cuerpo femenino sigue siendo campo de batalla.
Hay que aprender a ver.
Hay que aprender a escuchar.
Hay que aprender a convivir.
Y, como dice Kim Liggett, las malas hierbas siempre encuentran la forma de brotar otra vez.
Pdta. Si les gustó «El cuento de la criada» y/o «El señor de las moscas», van a disfrutar de esta historia.
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