Reseña: Willodeen - Katherine Applegate

Katherine Applegate es una de mis escritoras favoritas. Todos sus libros son emotivos e importantes. «Willodeen» no es la excepción. Aquí nos encontramos con la historia de una pequeña que adora a las criaturas de cualquier tipo, incluso a los chilladores, unas extrañas bestias de mal olor a las que nadie quiere acercarse y que, poco a poco, han sido desterradas, ocasionando que el orden de la naturaleza se altere con las consecuencias que esto puede acarrear en cualquier entorno.

Como en sus demás novelas, Applegate presenta un alegato en favor del cuidado de la fauna y la flora, dejando claro que la naturaleza es sabia y que el planeta en el que vivimos no es solo de los seres humanos, sino que lo compartimos con otras especies y, en lugar de jugar a los depredadores, deberíamos aprender a convivir de manera sostenible.

Otro punto importante es la representación que se da a los distintos tipos de familias, ya que Willodeen (la niña que protagoniza la historia) vive con dos mujeres que se hicieron cargo de ella y la cuidan como merece. También, gracias a esta pequeña, podemos hablar de las diferencias, de aceptar a los demás tal cual son y no forzarlos a ser como pensamos que deberían ser. ¡La extrañeza es la verdadera normalidad!

Los personajes de esta novela (especialmente sus mujeres) son fuertes, defienden de manera férrea sus convicciones y resulta fascinante conocer su presente y su pasado mediante lo poco o mucho que se nos va contando de ello. Algo muy interesante es ver cómo la sociedad misma les va excluyendo por considerarles raras, diferentes y poco educadas, juzgando antes de buscar entender, realidad que sigue latente y debería transformarse.


Además, este libro lleno de magia permite conversar sobre el miedo, la curiosidad, el riesgo, la amistad, la timidez, el duelo, la adultez y nuestro propósito en la vida, entre otras cosas. Ah, y no puedo terminar esto sin hablar del mensaje central de la novela, mismo que la autora menciona apenas iniciándola: Todos podemos marcar la diferencia.

Con traducción de Mercedes Guhl e ilustraciones de Charles Santoso, esta novela es recomendada a partir de los ocho años de edad.

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