Reseña: A fuego lento - Paula Hawkins

La expresión inglesa slow fire (fuego lento) se refiere al proceso por el cual el papel de los libros se vuelve quebradizo con el tiempo a causa de la acidificación. El ácido procede del papel mismo, que contiene las semillas de su propia destrucción en las fibras que lo forman.


Así empieza A fuego lento, la nueva novela de la escritora británica Paula Hawkins, uno de los mayores fenómenos editoriales de los últimos años gracias a La chica del tren. Y el mencionado inicio explica a la perfección lo que vamos a encontrar en este thriller, en el que sus protagonistas llevan tiempo albergando en su interior algo que las consume, un dolor que necesita expiarse, así como puede pasarme a mí o a cualquiera que esté leyendo esto.

Todo comienza con la aparición de un cadáver en una destartalada casa flotante en Londres. El cuerpo de un joven es encontrado por Miriam, una vecina algo impertinente, y a partir de ahí la lectura nos irá ofreciendo datos, memorias y pistas para resolver el misterio que terminará involucrando a otras tres mujeres: Laura, una chica frágil y conflictiva; Carla, la tía del fallecido; e Irene, una anciana solitaria que perdió recientemente a su esposo.

Quienes hemos leído a Paula Hawkins sabemos que una de las cosas que más destaca en las historias que crea es la manera en que abre las puertas de los infiernos personales y refleja la realidad del lector a través de ellos. Nadie conoce a ciencia cierta las tragedias que se esconden dentro de las paredes de cada casa, el dolor que soportamos con cada paso que damos ni los miedos que quiebran nuestra tranquilidad. Somos seres vulnerables y erráticos, y es muy fácil sentirnos identificados en uno o más niveles con los personajes que esta escritora construye. “Todo es material literario”, se lee en una de las páginas novela. Y eso aplica para la vida. Porque la existencia ocurre una decisión a la vez.

Las protagonistas de este libro han sido menospreciadas, son víctimas de un sistema injusto, se han sentido solas y también desesperadas al no saber qué hacer o cómo seguir. Estas mujeres, tal como la autora ha confesado, nacen de la inspiración que llegó con hechos verídicos, con experiencias encontradas en periódicos, con vidas que pasaron frente a ella y que terminaron por sumarse a las palabras que forman este relato. Y en esa imperfección, en esa honestidad, radica el poder dentro de ellas. Es fácil empatizar con lo que son y lo que viven, es fácil también odiarlos o no entenderlos, porque son seres tangibles, seres reales. Heroínas inusuales: una marca registrada en la escritura de esta autora.


Sin embargo, el ejercicio que se ejecuta a partir de ahí va hacia lo macro. La narración pasa de lo individual a lo conjunto, evidenciando problemáticas que afloran en lo micro y cotidiano, que pasan desapercibidas en el día a día y cuyas consecuencias no podemos calcular. El abandono, la indiferencia, los roles y expectativas, el abuso de poder y el uso de la información, los prejuicios o el machismo. Y con este último punto la autora sienta una posición muy clara al respecto de la necesidad de una sociedad más igualitaria para con sus congéneres; y también lo valiente y valioso de ponernos en los zapatos del otro, de tratar de entender antes de juzgar.

La trama va desarrollándose a medida que hechos del presente y el pasado de estas mujeres suceden, plantando un escenario más amplio de cada una. Los hechos y las decisiones van definiéndose con las interacciones entre los personajes, con la manera en que unos intervienen en las emociones y acciones de los otros. Las diferentes revelaciones son piezas del rompecabezas que irá tomando forma a medida que los capítulos avanzan, intercalados por extractos de otro thriller llamado La que se escapó, del escritor londinense Theo Myerson. Y es aquí donde el crecimiento y lo aprendido con años de oficio se revela, mostrando a una escritora hábil, curtida novela a novela y con un mapa clarísimo de la historia que quiere contar.

A fuego lento es, y no tengo duda de ello, la mejor novela que ha escrito Paula Hawkins hasta el momento. Un relato ágil, sencillo y tremendamente adictivo (casi 500 páginas en 24 horas) que confronta constantemente y nos hace preguntarnos sobre los límites de nuestras acciones, lo que seríamos capaces de hacer para reparar el daño que nos han hecho, y mirar atentamente el concepto de justicia, sin olvidar que hará que quien lo lea preste atención a cada detalle para así encontrar las respuestas que busca. Cosas que harán que este libro encante a millones de lectores. Esta mujer lo ha vuelto a hacer.

 

Pdta. 1: Muy bonito el que los libros, las librerías, los lectores y las historias tengan un lugar tan importante en esta novela.

Pdta. 2: El ritmo y las dinámicas de la novela están tan bien trabajadas, que no me importó descubrir al culpable con antelación porque simplemente quería saber más y más de lo que Paula tenía por darme.

Pdta. 3: Amor infinito por Irene.



Comentarios

  1. Buena reseña, me gustó mucho la Chica del tren, y tenía la duda si esta nueva podría ser buena. Voy a comprarlo para llerlo.

    ResponderBorrar
  2. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Lo más leído

Reseña: Tres promesas - Lesslie Polinesia

Análisis: El mensajero de Agartha de Mario Mendoza

Reseña: La teoría de Kim (Tomo 1) - Jay Sandoval

Reseña: Boulevard (Boulevard #1) - Flor M. Salvador

Reseña: Almendra - Won-Pyung Sohn