Hasta pronto...
Cuando cerramos un libro, casi siempre vemos el punto final de una historia, pero no somos conscientes del universo que se abre ante nosotros por ello. De pequeño fui escritor de cuentos sobre perros guerreros que volaban por cielos llenos de nubes de mil colores con la misión de liberar a su mundo del ataque de malvados seres del espacio, o de historias sobre cómo la lluvia se hace presente en los días en que los buenos hombres se despiden por última vez (lamento no haberlos guardado. Los extraño más de lo que pueden imaginar). El comienzo de todo, el primer lanzamiento al que asistí, la primera foto de mi biblioteca, mi primer envío editorial, y uno de mis autores favoritos firmando mi libro. En el colegio siempre participé en las eliminatorias del concurso de ortografía que un importante medio de comunicación en mi país realizaba año tras año, y habitualmente llegaba a las rondas finales (tengo todos los diplomas guardados en mi archivador). Recuerdo con agrado que la