Reseña: Caminos condenados – Ojeda, Guerra, Aguirre y Díaz
La violencia se presenta de muchas formas más allá de los
disparos, los secuestros o los golpes. La violencia es una palabra, una puerta
cerrada, una oportunidad no dada, una elección sesgada. El espectro de la
violencia es incalculable, y sus consecuencias todavía mayores. Lo peor del
cuento es que la violencia es un círculo vicioso que deviene en más y más
violencia, convirtiéndose en una droga que destruye todo lo que toca y que,
desgraciadamente, hace que nos acostumbremos a ella y que seamos indiferentes
ante las cosas que genera.
Mi país, Colombia, ha optado por la violencia como su forma
de vida. No, no estoy exagerando. Prendan su televisor y vean noticias, compren
el periódico y lean los artículos, revisen sus redes sociales y observen las
interacciones, salgan a la calle y vean lo que es nuestra sociedad.
La literatura ha tocado de muchas maneras los diferentes
tipos de violencia que se presentan en mi país, muchas veces de mala manera,
otras tantas de modo acertado, como el que vengo a mostrarles el día de hoy.
De la mano de Laguna Libros nace el sello Cohete Comics, que
pretende abrir un espacio para contar la realidad de manera diferentes, y para
mostrar que los libros van muchos más allá de las letras.
De la mano de la Universidad Javeriana y en un esfuerzo que
considero loable y digno de reconocimiento, la investigadora Diana Ojeda, el
guionista Pablo Guerra, el historietista Camilo Aguirre y el ilustrador Henry
Díaz, dan a luz a “Caminos condenados”; una novela gráfica que cuenta la
historia de nuestro país.
Este libro nos presenta tres historias que son muestra de un
tipo de violencia que no es tan evidente como los que vemos a diario, y que no
es tan tangible para quienes vivimos en la ciudad pues no nos toca de manera
directa, pero que está pudriendo nuestro campo y la vida de quienes no viven en
las ciudades principales, quienes al fin y al cabo han sido las víctimas
históricas de los conflictos armados y la desatención del estado imperante en
Colombia.
¿Se imaginan tener que caminar durante varias horas para
conseguir agua solo porque un empresario selló todos los cruces existentes por
ser el dueño de la tierra? ¿Se imaginan condenar sus sueños por no tener un
pedazo de carne extra entre las piernas? ¿Se imaginan no tener la oportunidad
de regresar a las tierras que un día fueron suyas? ¿Se imaginan tener que
trabajar para otros en las tierras que antes eran tuyas, haciendo lo que en
tiempo pasado fuera tu actividad diaria y de sustento familiar?
Estas son algunas de las cosas que estos cuatro
personajes con la ayuda de Laguna Libros y la Universidad Javeriana han
decidido retratar de manera excelsa. Una parte de lo que somos, una esperanza
frente a lo que podríamos ser, y un recordatorio frente a lo mucho que tenemos
por trabajar, para poder decir que en verdad vivimos en paz.
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