Reseña: Hijo dorado (Amanecer rojo #2) - Pierce Brown

Con todo esto de las biologías, trilogías, series y demás sagas literarias, la espera por conocer la continuación o la resolución de una historia puede tornarse desesperante; pero como muchas otras cosas en la vida (también tenemos que esperar por la segunda parte de una película, por una nueva temporada de nuestra serie favorita, por una nueva cita con la persona que nos gusta, hacer fila para comprar una hamburguesa... ¿Alguien quiere por favor pensar en nosotros?), no queda otra que ser paciente y esperar que lo que tanto esperamos llegue, sea para bien o para mal, pero que llegué.

Desde el año pasado estoy en esa situación gracias a S.J. Kincaid y la conclusión de “Insignia”, y a Pierce Brown con “Hijo dorado”, segunda entrega de la trilogía “Amanecer rojo”, el libro protagonista de esta reseña.

Literalmente, estaba desesperado por tener este libro en mis manos y saber cómo iba a continuar la oscura e inspiradora historia de Darrow en busca de la liberación de sus hermanos rojos, quienes durante toda su vida han sido engañados y esclavizados por los dorados. El 7 de julio del 2015, después de 6 meses y 19 días de espera, al fin tenía a mi lado el primer ejemplar de “Hijo dorado” distribuido en Colombia. Fui, y soy muy feliz. Gracias a la gente de Plaza & Janés por traerlo al país (si van a la librería de la editorial, les hacen un 20% de descuento. No tienen excusa).

OJO: Si usted no ha leído “Amanecer rojo”, lo invito a dar click aquí, revisar su reseña, leerlo si les parece, y luego de eso, y solo si quieren, regresar y ver esta reseña. No quiero dañarles la lectura y privarlos de disfrutar de este pedazo de obra. Soldado advertido…

Seguimos. Luego de la muerte de Eo, la aparición de los Hijos de Ares, el descubrimiento de lo que estaba más allá de su conocimiento, del tortuoso proceso de transformación en dorado, de la entrada a la academia, de sobrevivir a mil batallas y desafíos, y de su consagración como Único, Darrow acepta hacer parte de la casa de Augusto para continuar así con la misión en común con los Hijos de Ares y mantener vivo el sueño de Eo. Este es el punto de partida para “Hijo dorado”.

Lo primero que me encontré en este libro, fue una portada soberbia (unas encantadoras solapas) y en mi opinión superior a la de su predecesor; además, el peso extra que significó cargar en mi mochila a este bebé de más 600 páginas.

La retorcida, ingeniosa y magnífica mente de Pierce Brown nos trae una evolución considerable y evidente en muchos sentidos frente a lo que nos regaló con el inicio de la saga. Este es un libro inteligente y atrevido, mucho más político que bélico, asertivamente más centrado en lo mental que en lo físico, con mucha más palabra que sangre (pero no sé preocupen, estrategias, muerte y batallas también dicen presente). Un libro más exquisito que delicioso, por decirlo de otra manera.

Mustang y Darrow por Igor Kieryluk

“Hijo dorado” se desarrolla en un ambiente totalmente futurísta en medio del espacio, entre naves, flotas y una arquitectura deslumbrante; panorama muy diferente a la rústica ambientación en que se desarrolló gran parte de “Amanecer rojo”. Tendremos la oportunidad de conocer un poco más de la forma en que viven los dorados, sus costumbres, su forma de vestir y una serie de datos extra que agradecí y que fueron la entrada para el plato fuerte que iba a servirse a medida que las hojas iban recorriendo su camino.

Adicional a lo que acabo de mencionar, tuve la oportunidad de conocer un poco más a los diferentes personajes, ver otros lados en la trastocada personalidad de Darrow, conocer facetas realmente inesperadas en muchos de sus compañeros de la academia, así como descubrir otros personajes que apenas se mencionaban en el libro anterior, como al archigobernador y a su majestad. Eo sigue siendo mi personaje favorito, y creo que no hay forma de que eso cambié, pero Roque es un genio y Victra una tipaza.

El ritmo de este libro es insano. Me senté a leerlo y desde ahí fue muy difícil dejar de hacerlo; mientras trabajaba pensaba en cómo podía pasar esto o aquello, durante el almuerzo me imaginaba lo que vendría en el siguiente capítulo y a cada rato libre, le daba un vistazo. Adictivo. Sencillamente adictivo.

Tomado de www.buzzfeed.com

A diferencia de “Amanecer rojo”, con esta segunda entrega no tuve desconexión alguna, no me sentí perdido ni aburrido en ningún momento; todo lo contrario, la narrativa me enganchaba y me invitaba a un café, me traía una cobija y arreglaba todo el entorno para que no dejara de leer.

Dos puntos que debo destacar radican en las valiosas y acertadas citas de referencia política y social que alimentan la forma en que se escribe esta revolución, y la capacidad implícita de sorprender y asombrar desde la primera palabra hasta el punto final; no alcanzan a imaginar las ganas que tenía de escribir esta reseña. Amo a Pierce Brown.

“Hijo dorado” es un libro cercano a la perfección, un poema político y revolucionario que merece la pena ser escuchado, un salto de calidad que será interesante ver en donde termina, una dosis mínima que se hace aún más escasa ante la espera del desenlace, una travesía memorable por la naturaleza del ser humano, aquel personaje que es capaz de lo mejor y lo peor. Sin duda alguna, una de mis mejores lecturas del 2015.