Reseña: El valle de los Cocuyos - Gloria Cecilia Díaz
Más allá del volcán de Sal, entre el río de las Tortugas y las montañas Azules, hay un rincón lleno de luces y pintado de todos los verdes: el valle de los Cocuyos. Allí, miles de cocuyos (insectos que brillan como estrellas) salen en las noches para iluminarlo todo. Además, hay lagartijas por doquier y tortugas cuyos caparazones cuentan historias que Jerónimo, un pequeño curioso y soñador, ama descubrir. Él vive en ese valle con Anastasia, una anciana sabia que habla con las plantas, lee el humo del tabaco y cuida con todo el amor al niño. Ellos son los únicos habitantes de ese lugar.
A pesar de saber muchas historias gracias a los caparazones de las tortugas, Jerónimo no conoce la suya: no sabe quiénes son sus padres ni cómo terminó bajo el cuidado de Anastasia, quien tampoco tiene mucha información al respecto.
Una noche, el niño sale a caminar y se encuentra con una cueva iluminada por los cocuyos. Allí vive el Pajarero Perdido, un anciano invisible durante el día y que siempre lleva cerca unas plumas rojas con polvo dorado que le pertenecen a dos alcaravanes a los que lleva años buscando y que tiene en su poder el Espíritu del volcán de Piedra, una sombra con la capacidad de robar recuerdos y hacer prisionero a cualquiera que se le enfrente.
Entonces, Jerónimo decide ayudar al Pajarero Perdido a recuperar a sus aves, lo que resulta en el inicio de una travesía llena de aventuras y magia que los llevará a conocer a Silbo Brumoso, al majestuoso Halcón Peregrino y sus colibríes y a descubrir los secretos que esconde el volcán de Piedra.
«El valle de los Cocuyos» es un libro de la escritora colombiana Gloria Cecilia Díaz, ganadora del Premio El Barco de Vapor y el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil. Recomendado a partir de los 9 años.
Esta obra llena de viajes y aventuras nos transporta a lugares maravillosos y que, al igual que los caparazones de las tortugas, tienen mucho por contar. Todo está vivo y conforma algo más grande, como una especie de lazo ancestral del que nosotros también hacemos parte.
Por ejemplo, Jerónimo tiene una conexión con la tierra y con los animales y percibe en su entorno cosas que los demás no; Anastasia, a quienes algunos llaman bruja, es una figura materna llena de conocimientos sobre las plantas y sus poderes. También es necesario hablar del Pajarero Perdido y lo que representa la búsqueda de los alcaravanes: un acto de redención para él y una esperanza para su pueblo.
Gloria Cecilia Díaz tiene una habilidad narrativa increíble y consigue que todos los escenarios que construye y lo que pasa en ellos se apodere de nuestra imaginación. En esto también cobran un papel importante las ilustraciones de Julián Ariza, que captan el brillo que esconde toda oscuridad. Hay metáforas, árboles y animales que hablan, algo de poesía y muchos simbolismos que pueden ser perfectos para conversar sobre la esperanza, el olvido, el miedo y la amistad.
«El valle de los Cocuyos» es un libro infantil que exalta el valor de los sueños, los recuerdos, la curiosidad y de no perder nunca nuestras historias. Una obra en donde la autora resalta el costumbrismo propio de la ruralidad y trae a cuento el conocimiento de los campesinos e indígenas colombianos, su saber vinculado a la naturaleza, las premoniciones y los sueños. Recomendado para hablar de temas como la tradición oral, el cuidado del medio ambiente, la empatía, el trabajo en equipo y la importancia de las raíces (memorias o recuerdos) en nuestra búsqueda de la identidad.
No olviden que siempre hay que intentar ver más allá de lo evidente.
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