Reseña: Este dolor no es mío - Mark Wolynn

Depresión. Ansiedad. Dolores crónicos. Fobias. Pensamientos obsesivos. 

La evidencia científica muestra que los traumas pueden ser heredados. 

Existen pruebas fiables de que muchos problemas crónicos o de largo plazo pueden no tener su origen en nuestras vivencias inmediatas o en desequilibrios químicos de nuestro cerebro, sino en las vidas de nuestros padres, abuelos o bisabuelos. 

Mark Wolynn, fundador y director del Instituto de Constelaciones Familiares (FCI) y pionero en el estudio de los traumas familiares heredados, presenta en «Este dolor no es mío» un enfoque transformador que permite resolver problemas crónicos que no han podido ser aliviados mediante la terapia tradicional, los medicamentos u otras medidas.


Este libro habla sobre cómo los traumas de nuestros padres, abuelos e incluso bisabuelos pueden estar relacionados en enfermedades de salud mental que padecemos nosotros como depresión, ansiedad, miedos o pensamientos obsesivos, y también malestares físicos. A su vez, busca servir como guía, basada en la neurociencia y en las últimas investigaciones, para romper estos patrones.

Los traumas familiares heredados son el eje central de la obra, y se explican como aquellas tragedias o crisis que revivimos de generaciones anteriores, incluso sin tener conocimiento de ellas. Por ejemplo, un hombre que fue encarcelado por un delito que no cometió descubrió que estaba pagando el precio de un asesinato del que su padre había sido absuelto una generación antes; o una mujer con un miedo paralizante de que su hijo muriera descubrió que sus abuelos perdieron dos hijos antes de emigrar a los Estados Unidos.

A través de cuestionarios, casos como los mencionados y una serie de ejercicios, entre otras herramientas, este libro busca ayudar a quien lo lea en la tarea de identificar sus traumas familiares heredados; encontrar la línea familiar que ha mantenido esto de generación en generación; generar acciones, basadas en la neurociencia, qué permitan salir de estos ciclos; y crear una nueva sinergia con nosotros mismos.

Uno de los principales objetivos de la obra es mostrar que la ayuda profesional es un eje vital para el tratamiento de estos traumas, así como el poder compartir nuestras experiencias y pensamientos con personas cercanas.

El libro plantea una variedad de estrategias prácticas para ayudar a los lectores a desarrollar más entendimiento, compasión y autocompasión para ellos mismos y otros. También incluye consejos sobre cómo encontrar ayuda profesional y comunitaria para procesar el trauma.

Una de la ideas que mayor conflicto me generó fue la de que, sin importar lo que haya ocurrido, debemos buscar solucionar los temas con nuestros padres y familiares. El mensaje que puede leerse en esto es que ellos no tuvieron la culpa de lo que nos hicieron, porque todo se debió a un trauma del pasado y no queda más que el perdón. Entonces, el autor trata de decir que un padre que abusa de su hijo no tiene culpa real sobre ello pues todo provino de una línea de herencia, y que la culpa recae más bien sobre el hijo si no es capaz de perdonar lo ocurrido.

«Este dolor no es mío» es también una invitación a la compasión, la empatía y la resiliencia como formas de superar todo lo que nos mantiene atados al pasado sin poder vivir el presente ni abrazar el futuro. Lastimosamente, el autor termina por intentar vender una cura mágica para solucionar todos los problemas pues, según él, el origen de todos ellos provieben de traumas del pasado y el perdón es la única solución. 

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