Annie en mis pensamientos: un triunfo de la libertad
Una novela cuyas protagonistas son dos chicas que se enamoran la una de la otra llegó en 1993 como donación a las bibliotecas de cuarenta y dos escuelas de Kansas, Estados Unidos. Algunas instituciones se abstuvieron de recibir el libro, mientras que otras lo hicieron parte de su catálogo. En una de estas últimas, la decisión de incluir una obra que mostrara la realidad de una pareja de lesbianas no le cayó bien a varios padres de familia y tampoco al superintendente escolar, quienes expresaron su desacuerdo con que contenido de este tipo estuviera al alcance de sus hijos y alumnos. El hecho generó protestas por parte de activistas por los derechos de la población LGBTIQ+ y también de personas que consideraban que la historia escrita por Nancy Garden atentaba contra la buena moral.
Las consecuencias de este acto de censura llevaron no solo a
que la novela fuera retirada de la mayoría de las escuelas de Kansas, sino a que
un predicador incinerara ejemplares de esta en las escaleras del juzgado del
distrito. Al respecto, Garden comentó que no imaginaba que la gente siguiera
quemando libros, pues ella pensaba que esa horrible práctica se había quedado
en la época de los nazis.
Como respuesta a lo ocurrido, la Unión Estadounidense por
las Libertades Civiles demandó el retiro de la obra y, en 1995, el juez Thomas
Van Bebber calificó los hechos como un intento por fuera de la ley de "prescribir
lo que será ortodoxo en política, nacionalismo, religión u otras cuestiones de
opinión" (texto traducido del Case v. Unified School District No. 233,
908 F. Supp. 864, 875-76 (D. Kan. 1995)). La disputa terminó en 1999, cuando la
novela regresó a las bibliotecas de Kansas.
Foto de Midge Eliassen |
Nancy Garden publicó «Annie en mis pensamientos» en 1982 («Annie
on my mind» en su idioma original). El proceso de creación de este clásico queer
de la ficción juvenil le tomó entre dos y tres años, aunque ella confiesa que
la historia venía persiguiéndola durante mucho más tiempo. La novela inició
como intentos infructuosos por contar un romance entre dos chicas, los cuales
siempre terminaban en el cajón del olvido. Hasta que un día lluvioso en la casa
de su novia Sandy llevó a Garden a pensar en Annie, la joven que quería
estudiar arquitectura y que, en una visita investigativa a un museo de la
ciudad, conoció a una adolescente de voz increíble con quien conectó al
instante, así como lo ha hecho esta obra con millones de lectores de todo el
mundo.
Esta escritora, nacida en Boston en 1938, fue registrada como
Antoinette Elisabeth, aunque siempre le gustó que la llamaran Nancy, nombre que
luego adoptó ante la ley. Nunca se sintió cómoda con la idea normalizada
socialmente de que debía casarse cuando fuera adulta y, luego de leer un
artículo sobre hombres homosexuales, empezó a llenarse preguntas sobre sí
misma. Buscó en las librerías algo con lo que pudiera sentirse identificada, pero
en esa época no había nada. Eran tiempos en los que la homosexualidad aún era
considerada una enfermedad y, para la gran mayoría, una conducta inmoral.
A los dieciséis años, Garden se topó con «El pozo de la
soledad» de la escritora británica Marguerite Radclyffe Hall, novela que
también fue víctima de la censura. Leer este desgarrador romance entre una
mujer inglesa de clase alta y la conductora de una ambulancia durante la
Primera Guerra Mundial la llevó a hacerse el compromiso de publicar algún día
un libro en el que personas queer como ella se amaran y tuvieran un
final feliz como el que solía dárseles de manera exclusiva a las parejas
heterosexuales en la narrativa cultural del momento.
Empezó a escribir desde los ocho años, motivada por las
historias que le contaba su padre, y nunca dejó de hacerlo. Publicó decenas de
títulos pensados para niños, niñas y adolescentes, entre los que destacan «The
year they burned the books», la serie «Mistery of the Night Riders» y «Good
moon rising».
Capítulo aparte merece «Annie en mis pensamientos», un
manifiesto al amor, la aceptación y al derecho a sentir de la manera en que
queramos. Este libro le entregó a chicas y chicos un lugar para sentirse
seguros, unas protagonistas con las cuáles pudieron identificarse y una trama
que les mostró que el futuro no tenía por qué ser tan difícil como la sociedad
les quería hacer creer. Con esta obra, Garden cumplió con lo que se había
prometido en la adolescencia. La novela le mereció diferentes galardones, entre
los que destacan el Premio Margaret Edwards que le otorgó en 2003 la Asociación
Estadounidense de Bibliotecas (American Library Association – ALA) por su
contribución a la literatura para adolescentes, y el Premio Lee Lynch 2014 al
considerarla uno de los clásicos más importantes de la literatura lésbica.
Esta escritora hizo del arte una forma de activismo a través
de los libros, tanto en pro de las libertades de la población LGBTIQ+ como en
la de los jóvenes. Ella defendió el derecho de la juventud a leer historias que
les representaran y que dieran cuenta de sus sueños, miedos, problemáticas y
expectativas frente al mundo. Incluso, escribió libros pensados para padres de hijos
e hijas homosexuales. Así mismo, dedicó tiempo a visitar escuelas para enseñar
a los estudiantes de primeros grados a leer, y para hablarles a los alumnos de
secundaria sobre acoso, censura y derechos humanos. "Creo que los niños
de todas las minorías necesitan ver personas como ellos en los libros; eso es
un reconocimiento de su existencia en este planeta y en esta sociedad",
señaló la autora en una entrevista.
Nancy Garden falleció el 23 de junio de 2014, a los 76 años,
en la casa en la que vivió con su amada Sandy, con quien se casó en 2004. Su
carrera abrió el camino para que cada vez más libros con representación LGBTIQ+
ocupen las estanterías de librerías y bibliotecas. Su aporte a la construcción
de una sociedad más respetuosa de las diferencias, empática con la otredad y
libre de ser, es inconmensurable.
A pesar de la importancia de su obra, muchos de sus títulos
están descatalogados y conseguirlos resulta todo un desafío. Apenas en 2019,
más de 20 años después de publicada en inglés, «Annie en mis pensamientos» fue
traducida al español por la editorial independiente Kakao Books, que poco a
poco ha ido llevándola a diferentes países de América Latina con el objetivo de
que esta joya no se pierda en el tiempo y de que su legado tenga el
reconocimiento que merece.
“Entonces lo importante éramos nosotras, no las
etiquetas”, se lee en las páginas de esta novela que ya está disponible en
Colombia bajo distribución de la editorial Océano. “Yo sentí que descubría
partes de mí misma en las personas homosexuales sobre las que leía”, nos
confiesa Annie en su historia.
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