“Siento fascinación por el mal, por saber qué hay detrás de la mente de un asesino". Una entrevista con Alaina Urquhart
“Trabajar con los muertos me ha dado una perspectiva diferente de la vida”, apunta la técnica forense Alaina Urquhart, quien también cuenta con títulos en justicia penal, psicología y biología. “Me hace confrontar mis propios hábitos y conceptos erróneos, y revela cuán intrincado y frágil es realmente el cuerpo humano”.
Su formación fue uno de los detonantes para que, junto a su
sobrina Ashleigh, creara en 2018 un podcast para hablar de investigaciones
sobre crímenes de la vida real. Morbid es el nombre de este proyecto que ya
cuenta con más de ochocientos mil seguidores en redes sociales y que se ha
consolidado como el más escuchado en el planeta en su enfoque. El episodio
inicial tuvo como protagonista al asesino de Golden State, un hombre que acabó
con la vida de múltiples personas, iniciando en la década de los setenta. No
fue sino hasta 2018 que las autoridades lograron identificarlo y ponerlo bajo
arresto.
¿Y quién mejor para escribir un thriller que alguien que
trabaja en la morgue de un hospital, conoce la mente humana y ha estudiado a
algunos de los principales criminales de la historia? Pues esta es la nueva
faceta que explora Alaina Urquhart, autora de «El carnicero y el pájaro», libro
cuyos derechos han sido adquiridos para su publicación en más de veinte países
y con una adaptación en formato serie en marcha.
La novela sigue a Wren Muller, una patóloga forense que se
obsesiona con llevar a la justicia a ‘El carnicero del pantano’, un asesino en
serie aficionado a la experimentación médica y quien marca a sus víctimas de
forma macabra. El inspector Louis Leroux será su apoyo en esta investigación
que los llevará hasta límites insospechados, en especial cuando el caso se
transforme en algo mucho más personal.
Sobre cómo nació la novela, la autora dice: “tenía
pesadillas horribles y una noche soñé que corría por un pantano con música
fuerte y alguien me estaba persiguiendo. Me desperté empapada en sudor y con el
corazón palpitando acelerado. Escribí lo que recordaba y, al día siguiente, se
lo conté a mi marido, quien me sugirió que descubriera quién era ese tipo y por
qué sonaba esa música”.
Quizás el punto más alto de la obra está en el detalle con
el que se narran las autopsias que se les realizan a las víctimas y la forma en
que los cuerpos le revelan pistas a la protagonista, algo en lo que brilla el
camino profesional de la escritora. “En esta novela traté de incorporar las
cosas que veo, huelo y escucho en la morgue tanto como fue posible. Como
una ávida lectora de ficción policíaca, siempre anhelo esa autenticidad
adicional y nada supera la experiencia de primera mano”.
La pasión por estos temas viene desde la infancia de la
escritora de uno de los debuts literarios más vendidos del año, época en la que
películas como «Psicosis» y «El silencio de los inocentes» se robaron por
completo su atención. “Siento fascinación por el mal, por saber qué hay
detrás de la mente de un asesino… Me gusta tener miedo leyendo o escuchando
algo desde un lugar seguro. Ir a una casa embrujada y llenarme de adrenalina
mientras veo cosas horribles, pero saber que saldré de ahí y no me pasará nada”.
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