"Un mundo diverso es mucho mejor. Un mundo hegemónico me parece algo terrible." Una entrevista Mariana Palova
Filas interminables y auditorios repletos son el común denominador en las firmas de libros y presentaciones en las que la escritora mexicana Mariana Palova participa. Su primera visita a Colombia fue la confirmación de esto, un encuentro con lectores que la acompañan desde que la también artista decidiera autopublicar El señor de Sabbath, primera entrega de su saga La nación de las bestias, que ahora hace parte del catálogo de la editorial Océano y que se ha convertido en bestseller en varios países de América Latina.
Este libro es
un cruce entre lo fantástico y lo aterrador que sigue la historia de Elisse, un
adolescente que ha sido acosado por criaturas horripilantes durante casi toda
su vida y que se embarca en un viaje hacia Nueva Orleans con el objetivo de
reencontrarse con su padre con la esperanza de hallar una solución a lo que le
atormenta.
Fotos cortesía de Editorial Océano
¿Cómo llegó
Elisse a tu vida?
Elisse
representa mucho de lo que siempre quise encontrar en la literatura. Es un
personaje andrógino y, desde que soy artista, el esoterismo ha sido parte
importante de mi vida y de mi trabajo. Lo andrógino es una figura divina en el
esoterismo que ha sido relegada en nuestra realidad debido a los estereotipos y
a la estructura binaria que nos han impuesto.
En la
adolescencia leía mucha literatura juvenil y me molestaba que todo era lo mismo,
las mismas historias canónicas y hegemónicas. Yo quería algo distinto, quería
un personaje que representara esa divinidad y esa parte humana al mismo tiempo,
así como la diversidad que yo quería encontrar en un libro. Te estoy diciendo
que, en 2017, cuando escribí El señor del Sabbath, el panorama editorial era
súper diferente de lo que es hoy. No salías del tropo del triángulo amoroso heterosexual
y eso era todo. Entonces, Elisse nació de esa rabia, de esa inconformidad.
Pero
también representa un viaje personal. Cuando surgió esta historia yo tenía una fuerte
depresión, había dejado de hacer arte y se me juntaron muchas cosas en lo
personal, en lo familiar y en lo económico; estaba en el agujero en todos los
sentidos y Elisse me ayudó a salir de ahí.
Cuando
conoces a este personaje identificas su falta de identidad y de raíces, una
parecida a la que yo sentía cuando lo escribí. Toda mi vida he sido migrante como
Elisse, nunca he pertenecido a ningún lugar. Contar su historia fue mi terapia.
Y no
eres la única que se siente representada por Elisse. ¿Cómo tomas eso?
Es
increíble y raro porque no es normal que esto nos pase a los escritores
latinoamericanos. A ver, yo no vengo de tener muchos seguidores ni de ser influencer
ni nada de esto. Toda la gente que me sigue lo hace únicamente por lo que
escribo y eso es extraordinario y también muy extraño. O sea, hay gente de muchos
países que me está leyendo y que le importa lo que escribo, personas para las
que esta historia ha representado algo en sus vidas. Yo creo que en todas las
firmas de libros que he tenido ha llegado alguien llorando y me ha dicho cosas
maravillosas.
La nación
de las bestias no es el típico proyecto que está hecho solo para vender, sino
que busca otras cosas; lo hice para que lo puedas tomar cinco años después de
haberlo leído por primera vez y lo vuelvas a sentir tuyo. Mis lectores son algo
maravilloso y sé que no me van a dejar así las corrientes en el mundo editorial
cambien porque realmente les interesa lo que escribo. En serio, no puedo creer
que haya personas que se tatúen algo alusivo a mis libros, es como una forma de
inmortalidad muy extraña.
Quizás
esa conexión que sentimos con tus personajes, contigo y con lo que escribes
obedece al respeto que tienes por quienes te leemos y que se nota en el
compromiso a la hora de investigar sobre lo que vas a escribir, en la
rigurosidad de tu trabajo.
Yo fui una
adolescente muy problemática, pobre de mi madre (sonríe). Me gustaba mucho el
metal, la música pesada, y fue a través de eso como conocí el esoterismo. Estamos
acostumbrados a pensar que este tipo de música son solo ruidos, y sí (sonríe),
pero en todo ese ruido toca temáticas muy interesantes que otros géneros no
logran. Por ejemplo, cuando tenía 16 años empecé a escuchar una banda que se
llamaba Behemoth; uno de sus discos era Thelema, nombre de una de las
religiones fundadas por el esotérico Aleister Crowley. Fue a través de ese
álbum que me puse a investigar al respecto y a implementar lo conocido en mi
trabajo artístico. Empecé a hacer obras que reflejaran lo que iba leyendo.
Estuve fácilmente 10 años estudiando sobre esoterismo y mitología.
La
diversidad cultural también es muy importante para mí y trato de incorporarla
en lo que escribo porque siento que un mundo diverso es mucho mejor. Un mundo
hegemónico me parece algo terrible. La literatura y la sociedad estuvieron
encerradas en tantos estereotipos que agradezco se han venido quebrando.
Además, es
necesario hablar de Nueva Orleans. Soy mexicana, pero tengo una mezcla de
descendencia francesa, indígena y española, y Nueva Orleans es una ciudad
construida por la mezcla entre españoles e indígenas migrantes. Total, había
una conexión desde la raíz con ese lugar. Conectado con lo anterior, una de las
cosas que me ayudaron a salir de la depresión fueron los juegos de rol; uno de
ellos era Hombre lobo: El apocalipsis y su base era la leyenda de un
licántropo que habitaba Nueva Orleans. Entonces, esto me dio mucha curiosidad y
me puse a investigar. Ahí decidí que quería que mi novela estuviera centrada en
esa ciudad y después de terminar el primer borrador fui a visitarla para
profundizar mis conocimientos sobre ella. Todo esto fue definitivo para
convencerme de que quería que absolutamente todos mis libros fueran lo más
veraces posibles sin importar que fueran de fantasía.
Eso es
increíble y queda clarísimo, por ejemplo, en la manera en que vamos conociendo
la ciudad junto a Elisse.
Sí,
exactamente. La historia está contada por alguien que no tiene identidad y que
es un extranjero, así que no podía contarse de otra manera. Para mí siempre han
sido muy importantes las locaciones y la cultura, el respeto por ambas.
Cuando
visité Nueva Orleans por primera vez, la persona que me hizo el tour fue
una sacerdotisa vudú negra que me ayudó muchísimo a representar a ciertos tipos
de personajes y a ver a fondo los sitios que iba conociendo.
La
nación de las bestias se vive mediante los rugidos, las dentelladas, las
pieles y los olores. ¿De dónde nace ese interés por el mundo animal?
De niña quise
ser veterinaria, me gustaban mucho los animales, o sea, yo era una mezcla entre
Steve Irwin y Elvira de los Looney Tunes. También me gusta esa sensación que
solo es capaz de generar la naturaleza; disfruto acampar, ir a las montañas.
Por eso La nación de las bestias se desarrolla, por ejemplo, en muchas
reservas naturales y pantanos. Hay algo que no me dan las calles ni el concreto
y que sí me lo dan un bosque frondoso y un desierto. Me siento más a gusto en
la naturaleza.
Otra cosa
esencial en lo que hago es la atención que presto al color, el olor y a la
forma, por eso soy tan gráfica al momento de contar las cosas. La gente dice
que soy demasiado visceral, pero no tengo otra manera de contar mis historias.
Tomada del Instagram de la autora
Empezaste
escribiendo fanfics…
Cuando era
niña, sufrí mucho abuso escolar, pero abuso del nivel violento: recibía palizas
y cosas así, era algo brutal. Entonces, la única forma que tenía de protegerme
en los recreos de esas personas que me maltrataban era escondiéndome en la
biblioteca porque ahí nadie me podía hacer daño. Los libros fueron mi primer
refugio junto con los animales.
Cuando crecí
un poco más, descubrí fanfiction.net, que es el abuelito de Wattpad y hay que
rendirle respeto, por favor (sonríe). Yo era una niña que no tenía amigos y que
se dedicaba a crear historias, así que empecé a escribir fanfics de los animes
que me gustaban. Eso me ayudó a hacer más fácil la vida cuando sufría de
bullying, cuando tenía problemas de identidad y, más adelante, cuando terminé
con una de mis relaciones más largas. Los fanfics fueron una vía de escape.
¿Ha
cambiado algo en ti desde la autopublicación del primer libro?
Me he
vuelto una persona más nerviosa. Al principio, no tenía la intención de
volverme escritora, simplemente quería contar esa historia porque estaba
enojada y necesitaba salvar mi vida. De repente, un montón de gente la empezó a
leer y les fascinó, luego llegó a Editorial Océano y aquí estamos.
Digo que me
he vuelto una persona más nerviosa porque ahora siento una responsabilidad
enorme con mis lectores, con mi nación. También están los valores que transmito
a través de mis historias, porque si bien no pretendo dar cátedra, si quiero
que mis personajes vivan experiencias en un mundo que no es fácil para ellos ni
para nosotros.
Un anime,
una película y un libro para conocer a Mariana Palova.
¿Un anime? Los
caballeros del Zodiaco. Aunque soy cáncer, mi caballero favorito es Mu de
Aries.
Películas
voy a darte dos: Practical magic y Los caballeros de la mesa cuadrada.
Y libros voy a darte tres: Colmillo blanco de Jack London, Beloved de Toni Morrison y Anima de Wajdi Mouawad.
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