"Podemos ser fuertes sin necesidad de ser iguales ni de pensar todas de la misma manera". Una entrevista con Adrienne Young
Contar historias se convirtió en un ejercicio de autodescubrimiento que le permitió a Adrienne Young cambiar por completo su realidad. Esta amante de la comida y el café les profesa un profundo amor a los viajes como fuente de inspiración. Entre vinos, anticuarios en los que busca libros viejos y museos a los que va para conocer las memorias del mundo, esta escritora ha forjado su carrera y sentado las bases para convertirse en una de las principales exponentes de la literatura de fantasía para jóvenes en la actualidad.
Los caminos para seguir
encontrando nuevas posibilidades para su narrativa la llevaron a escribir «Hechizos
para olvidar», su primera novela para adultos, una historia sobre los
recuerdos, el primer amor, la magia ancestral y las conexiones que no
desaparecen. Sus protagonistas son August, un hombre que regresa al pueblo en
el que nació para esparcir las cenizas de su recién fallecida madre; y Emery, quien
fuera la novia de él cuando este saliera de allí tras ser acusado del asesinato
de la que era la mejor amiga de ambos.
Foto tomada del Instagram de la autora |
¿Cómo fue pasar de contar historias llenas de acción y giros a otras más calmadas y cuya trama se va construyendo a fuego lento?
Cuando era más joven
escribía poesía y cuentos, así que empezar a escribir novelas fue todo un
desafío. Tuve que aprender mucho y en ese proceso hice algunos libros muy
malos, pero era parte del camino.
Mi inspiración inicial
fueron los vikingos y creo que eso se notó mucho en Después del deshielo,
mi primer libro. Con esa historia fui consciente de lo importante que es
investigar a la hora de retratar y representar los escenarios que vaya a
utilizar en lo que escriba, así como que amo las escenas de acción (sonríe);
realmente disfruto narrar ataques, contiendas, puñaladas. Recuerdo que
mi abuela me estaba leyendo y me preguntó por qué escribía cosas así y le
respondí que simplemente lo hago porque me encanta (sonríe).
Hechizos para olvidar es mi primera novela de fantasía para adultos y, aunque la esencia de mi
narrativa está allí, quise arriesgarme con otras formas de contar las cosas,
con explorar relaciones más complicadas y con crear un misterio que se fuera
resolviendo lentamente. Creo que esto también se relaciona mucho con el
aprendizaje que vas teniendo con el tiempo, con el mismo proceso de escritura y
tus ganas de probar algo distinto.
Hablando de Hechizos
para olvidar, ¿hay alguna sensación o emoción que quisieras recordar para siempre?
Sin duda alguna la que
representan las primeras veces. Esa sensación de nostalgia y sorpresa de la
primera vez que vi el océano, la primera vez que probé un mango, la primera vez
que firmé un libro. Eso es algo inolvidable, pero nunca podremos devolver el
tiempo para vivirlas de nuevo. Nunca vamos a poder recrearlas y amaría hacerlo.
Esta novela tiene mucho que ver con el pasado y con los recuerdos, especialmente con el primer amor visto desde la adolescencia del ayer y desde la adultez del hoy, dos puntos de vista en los que la vida cambia sobremanera. Hay mucha añoranza por eso que fue, por esas primeras veces.
En esa misma
línea, ¿hay algún objeto que atesores y que te traiga grandes recuerdos?
No guardo muchas cosas
porque no me gustan ni el desorden ni la acumulación, pero conservo un camafeo que pertenecía a mi abuela. Solía colarme en su habitación sin permiso, abría su joyero y miraba todo
lo que había dentro. Muchos años después, ella misma me lo entregó porque me
dijo que recordaba todas las veces que me había encontrado mirando sus cosas y
observando el camafeo con detalle.
Ahora, ver ese objeto
es recordar el olor de esa casa, la luz que entraba por la ventana, la caja en
la que siempre estaba.
En un mundo lleno
de referentes, opiniones y ruido, ¿cómo encontraste tu voz como escritora?
Escribiendo, no había
otra manera. Creo que con Después del deshielo fue la primera vez en que
pude sentir mi voz porque el proceso significó separarme del mundo por un rato.
Era una joven madre y, en realidad, no tenía una vida propia porque siempre
estaba encerrada en las responsabilidades y en el hogar. Entonces me adueñé de
las noches y, mientras los bebés dormían, empecé a escribir durante largas horas.
Finalizar ese manuscrito requirió mucho tiempo y mucha práctica para identificar qué me gustaba, qué no, cuál era la mejor manera de llegar a donde quería, pero siento que fue algo importante y necesario en mi carrera y lo es en la de cualquier persona que escriba.
Tus libros convertidos en los favoritos de lectores de todo el mundo. ¿Cómo llevas esto?
Todavía no puedo
creerlo. Mi gran sueño era publicar un libro y ver mi nombre en él. Eso era
todo.
No me atrevía a soñar
que mis novelas fueran a ser traducidas a otros idiomas o que personas de
países lejanos la leerían. Creo que se debió a que tenía miedo a que las
cosas no pasaran, entonces no me daba la oportunidad de pensar en grande. Pero
ahora he tenido presentaciones y firmas de libros en distintos lugares y visitar
Colombia y otros países de América Latina ha sido maravilloso porque el español
fue el primer idioma al que me tradujeron. Recuerdo bien cuando recibí la caja
con los ejemplares de Después del deshielo y la forma en que no pude
evitar llorar. Fue una de esas primeras veces que siempre atesoraré. Algo
increíble.
Venir a Colombia,
Argentina, Chile y Perú para conocer a personas que leyeron en español mi
primera novela y que han seguido mi camino a través de los años es asombroso porque, de alguna manera, han hecho este viaje conmigo y eso representa una
conexión muy especial. Escribir y que las personas te lean se convierte en una conexión
muy personal, muy profunda.
Elyn, Fable y Emery
son las protagonistas de tus libros, mujeres que han tenido que luchar muy duro
para encontrar un lugar en mundos que parecen hechos por y para los hombres; nada
diferente a nuestra realidad. ¿Qué has descubierto de ti a través de ellas?
Las tres son personajes femeninos muy fuertes, pero no todas de un mismo modo. Elyn es una guerrera capaz de matar a sus rivales con su espada; Fable es poderosamente sensible y admiro sus ganas de querer hacer las cosas por su familia y por el amor que les tiene; y Emery no le teme a amar ni tampoco a sentir. A través de ellas he entendido que podemos ser fuertes sin necesidad de ser iguales ni de pensar todas de la misma manera.
Foto tomada del Instagram de la autora |
Esta es una pregunta
difícil. El primer libro que me impactó realmente fue El castillo de cristal,
las memorias de la escritora y periodista Jeanette Walls. Aunque es muy
diferente a lo que escribo, fue el primer texto en el que sentí que estaba
extremadamente en contacto con lo humano, con la introspección al ser. Algo parecido me ocurrió con Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith, una
novela sobre la cotidianidad, la vida en casa y los dolores que nos callamos. El
tercero sería Hija de humo y hueso de Laini Taylor, mi heroína
literaria; leerla fue abrir la mente y un paso determinante para encontrar mi estilo a la hora de narrar.
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