Reseña: La familia - Sara Mesa
Abrir el álbum de fotos es encontrarse con una suma de momentos, de instantes inmortalizados en donde muchas veces los rostros en ellos no manifiestan del todo la realidad. Las imágenes muestran un reflejo que no siempre es honesto, lo mismo que ocurre cuando asumimos lo que pasa en la vida de alguien sin entender lo que le agobia cuando la puerta se cierra.
Foto tomada del perfil de Instagram de la editorial |
Así se siente leer La familia de la escritora española Sara Mesa. Somos espectadores de distintos fragmentos de la existencia de un padre, una madre, dos hijos y dos hijas; retazos de una cotidianidad que dista mucho de obedecer a las sonrisas impostadas y las opiniones sin fundamento que quienes están fuera de casa se forman. Porque esta, como todas las familias (en mayor o menor medida), está llena de grietas, heridas, desencuentros y temores.
Damián, Laura y sus descendientes habitan un lugar de clase
media en el que no hay secretos, no hay privacidad, no hay televisor ni tampoco
malas palabras. El padre es una figura de autoridad que no permite
cuestionamientos y que emite reglas que deben ser cumplidas por el resto.
Esta novela coral se pasea sin orden alguno por diferentes espacios de tiempo de sus protagonistas; por algunas experiencias que marcaron su infancia, adolescencia y adultez. La autora se toma las pasadas 200 páginas del libro para hilar estos fragmentos de vida y dar un sentido a lo que ocurre con la familia y la manera en la que esto puede llegar a determinar el modo en que cada una de las personas que la conforman interactúan con su entorno, con sus pares y consigo mismas. Algo que fácilmente podemos llevar a nuestro presente y para lo que, tal como sucede con la lectura de este libro, hace bien reírse un poco.
No hay profundidad aparente en lo que se narra pues es desde
los silencios donde la historia de esta familia se construye, desde esos
momentos que no quedan en el álbum, pero que suceden y no se olvidan: la
obediencia por omisión, la libertad que no existe y los secretos que lastiman,
solo por mencionar algunos. También resulta importante ver que el tiempo le ha
quitado la etiqueta de normalidad a un sinfín de situaciones para revelar lo nocivas
que son en realidad; siguen presentándose, pero el juicio social no es el mismo
de antes.
Foto tomada del Diario de Sevilla |
Un elemento recurrente en la obra de la autora es el miedo y en esta novela está presente en todo momento y se erige como el cimiento de las relaciones entre los diferentes miembros de la familia en un espacio claustrofóbico y opresivo.
Se suele hablar del hogar como un refugio, pero muchas veces
esas cuatro paredes en las que habitamos se fundan como un territorio violento
y de frustración. La familia de Sara Mesa es el retrato de esa
realidad, de la condición humana con todos sus oscuros y de lo aterradora que
puede resultar la cotidianidad.
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