"Las fronteras no deberían importar más que las personas". Una entrevista con Romina Garber

La escritora argentina Romina Garber, radicada en Estados Unidos, publica Lobizona, la primera entrega de una bilogía que mezcla la fantasía urbana y el realismo mágico para abordar temas como la identidad, el rechazo, la equidad de género y la búsqueda de un lugar en el mundo.




¿Qué va a encontrar la gente en Lobizona?

Básicamente tiene que ver con mi identidad argentina, mi identidad inmigrante. Es un libro que me hubiese encantado tener cuando fui adolescente. Manu es una joven que vive en Miami, pero nació en Argentina. En Estados Unidos permanece escondida con su madre porque no tienen documentos y porque, como se ve en la ilustración de la portada, tiene unos ojos demasiado llamativos y que pueden despertar demasiado la atención, y la atención es peligrosa para ella y para su madre. Podrían deportarlas. Luego, cuando arrestan a su mamá, Manu se queda sola en el mundo y entonces empieza a seguir las pistas que ella le dejó para ver quién fue su misterioso padre, que fue asesinado por su propia familia criminal que es muy poderosa en Argentina. Esta exploración la lleva a Los Everglades, un lugar bastante mágico para mí y que, pienso, tiene algo sobrenatural. Allí descubre una especie mitológica secreta del mundo argentino en la cual los niños varones son lobizones y las niñas mujeres son brujas. Sin embargo, como ven en el título, Manu no encaja en ese binario.

Y esa mitología tiene su origen en la Ley 20.483, mejor conocida como la Ley del Padrinazgo Presidencial de Argentina, por la cual el presidente de turno debe apadrinar al séptimo hijo varón o la séptima hija mujer. No conocía esto y se me hace increíble que no haya sido el insumo de libros, series, películas…

Mi reacción fue igual cuando empecé la novela. La Ley de Padrinazgo Presidencial me pareció algo de ciencia ficción o fantasía. Pensé que era un detalle histórico medio cómico o simplemente una tradición, pero no, es una ley y sigue siendo ley. Yo tampoco entiendo por qué no hay más historias acerca de esto. A mí me encantó escribir Lobizona en femenino, explorando los ciclos de la luna y los ciclos naturales de la mujer, la menstruación y su relación con los cambios de humor, y además explorando la ley y la mitología.


“Ser inmigrante es no tener una identidad fija. Es hablar dos idiomas, pero no encontrar el vocabulario para definirte. Es venir de dos mundos, pero sentir que no perteneces a ninguno”.
Esa
es una de mis frases favoritas de la novela y me da pie para hablar de algo. A pesar de que la llegada de Manu y la tuya a Estados Unidos no ocurrieron de la misma manera, la realidad de ambas si tiene algo en común: la etiqueta de inmigrantes. Estoy seguro de que Lobizona tiene mucho de ti, mucho de tu vida.

Fue una experiencia muy especial contar esta historia porque pude escribir en mi idioma: el spanglish. Me sentí tan liberada con esto. Y la verdad también fue un choque, porque me di cuenta de que yo no tengo un sentido de hogar en este planeta, ¿viste? No me he sentido nunca lo suficientemente estadounidense como para este país y tampoco lo suficientemente argentina como para los argentinos. Es como que te quedás en un área gris. Con Manu compartimos eso, pero también el amor por la literatura. En los libros yo me sentí cómoda y más representada, especialmente cuando leí Harry Potter. Encontré un lugar. Quizá por eso quise ser escritora.

Lobizona es también un homenaje a Argentina, a su forma de hablar el español, a sus costumbres, cultura y folklore… Estoy seguro de que leer los comentarios y reseñas de lectores argentinos, y más aún de lectores argentinos inmigrantes, debe ser algo increíble.

Recuerdo que me escribió una chica que está trabajando con un joven detenido acá, en Estados Unidos. Un argentino de 18 años sin papeles, que le dijo que para él este libro era importante. También hay una chica, una de las primeras que leyó Lobizona, que es inmigrante argentina e hizo un tuit en el que la veías llorando emocionada porque nunca leyó antes un libro en el que se sintiera representada. Y escribir Cazadora, la continuación, fue súper importante porque significó regresar a mí, a mi tierra natal y de repente redescubrirla, rediseñarla de una manera que une la persona que soy hoy y la niña de cinco años que se fue de su país y que todavía veía el paisaje como con fantasía. Quise recrear una versión de Argentina que fuera mía y en la que todos podemos ser ciudadanos.


Manu está en el peor de los escenarios: es mujer en una sociedad patriarcal; es latina e inmigrante, además de indocumentada, en Estados Unidos; y en el universo de fantasía que plantea el libro, tampoco tiene un lugar de privilegio, ni al menos cómodo.  Ella representa a quienes alguna vez se han sentido excluidos, rechazados, y eso sienta una posición muy importante. Deja un mensaje tremendamente valioso.

Es muy lindo esto que decís, y lo aprecio mucho. Como te dije antes, este es un libro que me hubiese encantado leer cuando era adolescente. Yo escribo para los jóvenes precisamente, para abrirles las mentes y los corazones, para generar empatía. Muchas veces, cuando ya llegamos a adultos, nos cerramos en ciertas nociones o ideas y es más difícil cambiar, por eso creo que es importante llegar a la persona cuando todavía es adolescente y flexible, y puede cambiar su manera de pensar más fácilmente.

Eres fanática de Harry Potter y eso se nota en la influencia que tiene esta historia en Lobizona. Incluso comentaste antes que en esos libros pudiste encontrar un lugar en el cuál sentirte representada. ¿De alguna manera los libros que publicaste hasta ahora han construido una especie de hogar para ti?

Qué linda pregunta. Yo creo que con Zodíaco tuve una nave espacial que fue muy especial para mí, como que tenía la idea de subir a ella para recorrer las estrellas y eso me llevó un poco más hacia la imaginación y hacia todo lo creativo. Y también los personajes distintos a mí, con quienes siempre chocábamos, porque, aunque yo hubiese hecho lo contrario a lo que ellos harían, adoro que al final tengan una parte de mí.

Este libro habla también de quebrar las convenciones, de tomarnos la posibilidad de reescribir la historia. ¿Por qué esto es tan importante?

Para crear un mundo mejor, primero hay que imaginarlo.


Este libro se publicó en Estados Unidos en 2020, un año muy convulso por todo el tema de la pandemia que seguimos atravesando, pero además porque representó el ocaso de un periodo de gobierno oscuro y difícil para inmigrantes y latinos en ese país.

Todo ese fue un periodo horrible, pero en parte fue la razón por la cual quise escribir este libro, porque al ver todo lo que estaba pasando en la frontera, es como que me dije que esta novela tenía que estar en el mundo, teníamos que cambiar la imagen de lo que es ser indocumentado. Y bueno, le dije a mi representante que, sí o sí, esta novela tenía que salir antes de las elecciones de noviembre del 2020 para dejar un mensaje político. Estoy muy orgullosa de este libro.

Te cuento que, en este momento, un legislador del estado de Texas tiene a Lobizona, junto con un listado de casi 800 títulos, en lista para ser prohibido y que no pueda enseñarse en los colegios, seguramente porque hablo tranquilamente sobre los indocumentados, e incluso la palabra indocumentado aparece en la portada. Pero la lucha sigue porque, aunque hay un nuevo gobierno, la ignorancia sigue ahí.

Suele decirse que el peor invento del ser humano son las armas, pero yo creo que son las fronteras. Me parece horroroso que algo así nos limite, que restrinja nuestra movilidad y capacidad de conocer e interactuar con otras culturas y otras personas, de descubrir otros lugares…

Estoy con vos. Para mí, los mapas son dibujitos hechos por hombres principalmente jajaja. Por eso quise escribir un libro donde el poder viene de la tierra, ¿viste? El poder de las brujas en esta historia es elemental y eso también lo hice a propósito para mostrar que todos nacemos de esta tierra, entonces no deberíamos decir que vos podés pararte acá, pero no pasarte de esta rayita. Es algo horrible cuando llamamos a alguien ilegal y le decimos no puedes estar acá, no puedes hacer una vida acá. Es horrible y tiene que haber una manera mejor de hacer las cosas.

Lobizona es Argentina, es divertida y es poderosamente valiosa.

Para mí es inmigrante, porque tiene que ver con la identidad; es spanglish, porque el idioma para mí es muy importante; y es femenina, porque de repente tenemos a un referente que es una chica que se convierte en la estrella de la historia, y que no es solo un personaje más. 

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