Reseña: Escuela de esgrima (Volumen 1) - C.S. Pacat y Johanna The Mad

La esgrima es un deporte solitario, estratégico y muy psicológico. En un par de segundos puede resolverse el combate, por eso quien lo practica debe estar atento a cada movimiento suyo y de su contrincante. Algo similar ocurre cuando lees un cómic o una novela gráfica. La historia fluye, la narrativa parece correr con mayor facilidad, pero los detalles que se esconden en cada ilustración tienen mucho por contarnos y es mejor no dejar pasar ninguno de ellos.

Durante su tiempo en la secundaria, la escritora australiana C.S. Pacat practicó este deporte y de esa afición surgió la inspiración para crear al grupo de adolescentes que protagoniza la serie de cómics Escuela de Esgrima, cuyo primer volumen llega a Colombia bajo el sello MAB Graphic de Ediciones Urano.

Todo inicia cuando Nicholas Cox, un adolescente de 16 años y bajos recursos, decide anotarse a una competencia de esgrima para conseguir una beca y poder estudiar en Exton, una escuela de élite que cuenta con el mejor equipo en este deporte, pues su sueño es ser tan grande e importante en esta disciplina como lo fue el padre al que nunca conoció. Y en esa competencia tendrá que cruzarse con Seiji Katayama, una de las figuras más promisorias y personaje central de la serie.

Las viñetas van construyendo el inicio de una historia que pone a su protagonista frente a la realidad que vive cualquier persona que decide luchar por sus sueños: los obstáculos y dificultades que debe superar en el camino, la constancia necesaria para destacar sobre el resto, y las personas que van llegando a su vida con cada paso que da (para bien o para mal). No importa si nuestros objetivos tienen o no que ver con el deporte, porque el recorrido que se realiza para hacerlos realidad casi siempre es el mismo y es muy interesante que esta obra lo explore, porque muchos jóvenes podrán sentirse identificados con la lucha de Nicholas.

Pero si hablamos de cómics tenemos que hablar de trazos, de ilustraciones, de gestos, de expresiones, de color. Y el trabajo que hace la artista digital mexicana Johanna The Mad en Escuela de Esgrima es fantástico, especialmente en el poder que transmiten las escenas en que los diferentes personajes deben combatir: posiciones, emociones e instantes que quedan inmortalizados en el papel. Sencillamente increíble.

Otro detalle que no se puede dejar de lado en lo gráfico es que no teme presentar un cast diverso en todos los sentidos, y una tensión muy particular entre los protagonistas. Lo normal es normal y hay que mostrarlo de esa manera, y es muy valioso que más y más historias lo hagan.

Y este es solo el comienzo de una travesía en la que, entre muchas otras cosas, lo queer, la libertad y el amor tendrán mucho que ver. Porque lo mejor de este primer volumen es la promesa de todo lo que está por pasar en las vidas de Nicholas y Seiji y, por supuesto, en las nuestras como lectores.

¿Y lo malo? Que van a querer tener el segundo volumen de inmediato en sus manos.