Reseña: Dormir en un mar de estrellas - Christopher Paolini
Nos gusta ir más allá, encontrar respuestas y descifrar las incógnitas que se nos planteen. La curiosidad está en nuestro ADN. Esa hambre de conocimiento fue la que nos llevó a evolucionar y a crear soluciones que hicieran nuestras vidas más fáciles.
¿Estamos solos en este universo? Esa es una de las grandes preguntas que ha marcado el devenir de nuestra especie y que la ha llevado a generar tecnología adecuada para realizar viajes espaciales, exploraciones intergalácticas y hacerse un lugar en la oscuridad magnánima que la rodea, en la que simplemente somos una luz entre millones más.
Y de esa inquietud surge otra infinidad. Se tejen teorías alrededor de lo desconocido, se construyen realidades en escenarios hipotéticos y se plantean futuros para elevarnos como especie a un plano distinto. Y de inquietudes como estas, nació la idea que tuvo el escritor estadounidense Christopher Paolini, mundialmente conocido por su saga de novelas fantásticas Eragon, misma que hoy en día se traduce en la epopeya de ciencia ficción que representa su libro Dormir en un mar de estrellas.
La historia inicia en el año 2257, en un destino en el que la humanidad ha logrado colonizar otros rincones del espacio y sigue en búsqueda de nuevos lugares para asentarse. La xenobióloga Kira Navarez y el equipo de investigación del que hace parte llegan a la luna de Adrastea en busca de las condiciones que les permitan establecerse allí. En una de las exploraciones por este sitio, Kira encuentra un artefacto cuya aparición se convierte en el primer contacto de nuestra raza con alienígenas. Sin embargo, las cosas salen muy mal, más de lo que cualquiera podría imaginar, pues el hecho configura el inicio de una guerra interestelar en la que el futuro de nuestra especie se ve amenazado.
Esta space opera sigue la travesía de Kira alrededor del universo para evitar un terrible conflicto armado y entender qué fue lo que descubrió. El viaje encarna a su vez un camino de descubrimiento personal realmente agradable y de fácil identificación al lector. Junto a la protagonista y el increíble grupo de personajes que habitan en este futuro, se crean conversaciones en torno al duelo, la individualidad, las responsabilidades, el trabajo en equipo, el propósito de la vida o la felicidad, entre otras.
De los personajes, hay uno que se roba la escena y es una inteligencia artificial bastante peculiar y caótica llamada Gregorovich, gracias a la cual el escritor se permite ahondar en dos elementos muy recurrentes en nuestra cotidianidad: la soledad y el encierro, y en este sentido, las relaciones que establecemos con estos y el modo en que terminan transformando lo que somos.
Otro factor interesante al respecto es algo que, aunque queramos ocultar, es fácilmente presumible. Muchas cosas han ocurrido con el paso de la historia y como especie seguimos siendo exactamente iguales, cometiendo los mismos errores. Y, desafortunadamente, es difícil imaginar que esto pueda cambiar. Esa humanidad errática y voraz es la que nos entrega Paolini, esa que busca colonizar, dominar y destruir todo lo que está a su alcance.
Pero el escritor también nos muestra el otro lado de la moneda y refleja los espacios más lúcidos de nuestro actuar, esos en los que pensamos en el otro, trabajamos por construir mejores escenarios para todos y damos pasos en la búsqueda de algo distinto a lo que la inercia de la historia escribiría como posible.
La construcción de esta novela le tomó a Paolini muchos años y eso queda claro con el resultado. El autor presenta un libro bien pensado, trabajado al detalle, complejo y tangible en demasía. Cada cosa puesta en él tiene una razón de ser, y la inmensidad en la que nos sumerge deja simplemente sin aliento. Para dar más fuerza al resultado, el libro viene acompañado de adendas que dan explicación a terminología, tecnología y líneas de tiempo presentes en la narración.
Tampoco se echa de menos la acción pues hace presencia constante en los diferentes viajes que realiza la protagonista y en los encuentros con otras razas que habitan el universo. Lo más interesante del asunto es que estos momentos son tremendamente vívidos; parece que en lugar de leer estuviéramos ante una pantalla gigante que nos muestra una contienda épica con blasteres, medusas iridiscentes y criaturas que se expanden más allá de la razón.
Transitar por esta novela es ir de visita a grandes clásicos del género en el cine, la televisión o la literatura como Alien, Star Wars, Battlestar Galactica, El juego de Ender, Crónicas Marcianas o La guerra de los mundos, por no ir más allá. Este libro se construye página a página como una aventura épica que rinde homenaje a estas historias que marcaron un precedente, que revolucionaron la narrativa de la ciencia ficción y que tomaron su lugar como referentes en la materia.
La primera obra para adultos de Christopher Paolini es un tránsito excepcional cargado de acción, aventura, emocionalidad y reflexiones sobre el presente y el futuro, sobre lo que somos como especie. Una novela que se convierte en una puerta a un firmamento inexplicable, denso, basto y lleno de posibilidades que seguramente se revelarán en nuevas entregas de esta creación a la que el mismo autor ha llamado Fractalverso.
¡Hoooola!
ResponderBorrarPues tengo mucha curiosidad por esta historia, me gustaría leer al autor después de tantos años y encima con este cambio de registro a la ciencia ficción, que veo que no se le ha dado mal en absoluto ;D
Además, me ha gustado mucho eso de que se note que es una novela que lleva mucho tiempo fraguándose y que todo está pensando al milímetro. Olé.
¡muchos besos!
Hola, Irene. Qué bueno saludarte. Ojalá puedas leerlo pronto.
Borrar