Reseña: Veinte historias de fantasmas - Dario Jaramillo Agudelo
Ya sean visitantes que mantienen el aspecto de cualquier persona, como los que convoca Henry James en Otra vuelta de tuerca, o aquellos que cargan sobre sí sábanas blancas para sostener con estas una tradición bastante particular, como lo hace el pequeño y enternecedor Gasparín, los fantasmas han estado presentes en nuestra vida y lo seguirán estando hasta que nosotros mismos seamos uno de ellos.
Este hecho inevitable se convierte en la razón de ser de Veinte
historias de fantasmas, un libro de relatos del poeta y escritor colombiano
Dario Jaramillo Agudelo, con el que podremos armar un panorama más amplio y
completo de estos personajes tan relevantes en la historia de la literatura, el
cine, el arte o cualquier expresión cultural del ser humano. Incluso trae un Breve
tratado de fantasmología.
No es la primera vez que el autor, gran renovador de la poesía amorosa colombiana y uno de los mejores poetas de la segunda mitad del siglo XX del país, trae a estas almas errantes en sus letras. Ya en Novela con fantasma, publicada en 2004, escribió sobre ellas. La diferencia es que esta vez le apuesta al público juvenil y con una fórmula distinta.
¿Cuáles son los pasatiempos de los fantasmas? ¿Ellos viven en comunidad
como nosotros? ¿Algo puede asustarlos? ¿Nuestras mascotas también se
convertirán en fantasmas? Relato a relato estás preguntas van teniendo
respuesta a la voz de sus mismos protagonistas, quienes hablan libremente sobre
su día a día, sobre la manera en que la historia los ha narrado y sobre las
mentiras que se han contado sobre ellos.
Además, estos relatos nos llevan a pensar en cuáles serán las historias
que escribiremos una vez ya no estemos aquí, las acciones que vamos a emprender
y qué caminos serán los que recorreremos. Asustar a los vivos, cobrar venganza
de un hecho del pasado o simplemente dedicarnos a procrastinar… Dejar volar la
imaginación. Pensarnos y vernos de otro modo a través de un juego hacia el
futuro inevitable.
Así se ven las guardas del libro |
El autor antioqueño escribe pensando en los más jóvenes, pero crea algo que todos podemos disfrutar. En medio de una atmósfera terrorífica que crece con las imágenes que acompañan esta magnífica edición, el humor se convierte en un elemento clave en la lectura de este libro. En épocas como la que atravesamos, la risa termina convirtiéndose en un bálsamo necesario, y les aseguro que con esta obra más de una carcajada va a haber.
Y este libro también tiene una valiosa cualidad y es la de convertirse en un espacio perfecto para compartir en familia, para reunirse con la única compañía de una lámpara o una vela y dejarse llevar por las infinitas posibilidades que nos ofrecen las historias que estas presencias sobrenaturales protagonizan. Yo lo leí junto a mis sobrinas y les juró que nos divertimos (y nos asustamos) mucho.
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