Reseña: La vida invisible de Addie LaRue - V. E. Schwab
Hablar del tiempo y de nuestro transitar por él parece algo sencillo. Solemos darlo como algo automático, el natural impulso del segundero del reloj. Sin embargo, los engranajes marcan el paso de las horas sin detenimiento, sin pausa, y los estragos de ese recorrido son inevitables y no hay manera de devolvernos para cambiar lo ya hecho, pero sí oportunidad de pensar en el presente y en cómo transformar lo que se viene, los caminos de las manecillas que aún no se andan.
1714. Villon-sur-Sarthe, Francia. Adeline es una joven que
sueña con las historias que le cuenta su padre, con las ciudades que escucha en
las conversaciones de sus vecinos, con dibujar los lugares que visite, con enamorarse
de verdad, con tomar sus propias decisiones y con descubrir lo que hay más allá
de la existencia que conoce, misma que parece tenerle deparado un futuro como
esposa y madre devota por simple compromiso, por cumplir con las costumbres y reglas
de un tiempo en el que la libertad era algo más utópico de lo que es hoy en
día.
Y todo parece encaminarse hacia ese destino hasta que, en la
noche en que se celebra su matrimonio, un dios al fin oye sus rezos y hace caso
a sus súplicas, ofreciéndole el tiempo y la libertad que tanto desea a cambio
de entregarle su alma cuando el final de sus días llegue. Pero este trato es
más una maldición, pues el precio de su deseo va amarrado a ser olvidada por
quienes la conocen y a no poder ser recordada por nadie… Hasta que alguien finalmente
cambia eso.
V. E. Schwab pasó 10 años imaginando la historia de esta joven, la cual consignó en las páginas de La vida invisible de Addie LaRue, libro que la escritora misma define como el más grande e importante de su carrera.
“¿Qué es una persona, sino las huellas que deja?”,
dice la novela en sus primeras páginas. Y son las marcas y el legado que
dejamos la piedra angular de una obra y un personaje cuya única constante es el
olvido, el no poder ser recordado. Este juego metafórico marca la ruta de una
historia eterna e indeleble, que se resiste a ser borrada y se tatúa en tu existencia
sin que puedas hacer mucho al respecto.
Hablar de esta novela es hablar del tiempo, de los ciclos y los instantes. Addie comparte su presente en la ciudad de Nueva York del 2014 y nos da vistazos de lo ocurrido en su pasado por diferentes lugares del mundo y distintas épocas y hechos que definieron la realidad como la conocemos hoy.
Bajo este contexto histórico, que se desarrolla de manera
sutil, la autora refleja lo que han tenido que vivir las mujeres a
través del tiempo y las luchas que incansablemente libran para poder tener los
derechos y libertades que los hombres ostentan por omisión. En un momento trascendental
como el que vivimos, en que el feminismo se fortalece y al mismo tiempo es
cuestionado, contar con visiones como la de Victoria Schwab es valiosísimo para
entender la relevancia de este movimiento.
Así mismo, estos flashes al pasado sirven para comprender y armar el rompecabezas que representa un personaje exquisitamente logrado, tan humano como cualquiera de nosotros, con vacíos tan enormes como sus anhelos y una capacidad de entendimiento envidiable. Junto a Addie pensamos en lo efímero y lo trascendental, en el amor y la muerte, en el valor del otro y en el privilegio que resulta tener la capacidad de decidir sobre nuestro destino y vivir bajo nuestras reglas.
Pero la vida no es nada sin quienes nos rodean y acompañan
y, a pesar de que no puede ser recordada, Addie sí conoce y atesora a muchos seres
que la marcaron y se pasaron por su vida, personajes que le ayudarán a ver el
mundo de un modo distinto y discernir de mejor forma frente a las cosas que le
toca vivir. Qué bonito fue conocer a Henry y a Luc y ver reflejadas en ellos
también las frustraciones y miedos que pueden habitar en cualquiera de nosotros,
así como los alcances que podemos llegar a pisar en busca de nuestros objetivos.
Luc, Adie y Henry en este magnífico fanart de @rosiethorns88 |
No puedo cerrar la reseña sin contarles que está lectura me hizo llorar como ninguna otra lo había conseguido. El tramo final resultó una experiencia única e indescriptible, una sensación que aún no sé cómo explicar, pero que estoy feliz de haber vivido.
La vida invisible de Addie LaRue es el legado de una vida y
una emotiva huella para cada lector. Un recordatorio de lo finito que es
nuestro tiempo en el mundo y lo necesario que es disfrutar cada instante como
si fuera el último, sin escatimar en esfuerzos para hacer entender a los demás
lo que significan para nosotros. Una fantasía que refleja la constante lucha que
libran el bien y el mal en el interior de cada ser humano, y el valor y trascendencia
de las decisiones, por más pequeñas que parezcan.
Nunca te olvidaré, Addie.
Pdta.: Habrá película basada en este libro y la propia V. E.
Schwab está a cargo del guion.
Y para despedirme, les dejo un bello recuerdo que tuve la oportuna de crear con Victoria Schwab, en un M&G que Umbriel organizó a propósito del lanzamiento del libro.
Fui MUY feliz.
¡Hoooola!
ResponderBorrarEste libro tiene simplemente pintaza.
No me he estrenado con la autora -soy un desastre, lo se jajajaj- pero creo que este libro es el que más me llama de todos. Ese pacto con el diablo, esa vida infinita pero sin que nadie te recuerde... guau, creo que puede dar lugar a muchas reflexiones y a crear un personaje muy complejo y profundo, y eso me encanta.
¡muchos besos!
De la autora ya había leído "Una canción salvaje" y me gustó, nunca tanto como este, pero esta bien. Creemé que pocas veces un libro había removido tantas cosas en mi interior. No podía controlar todo lo que estaba sintiendo en la parte final, simplemente me tuve que dejar llevar.
BorrarEspero puedas leerlo pronto y me cuentes qué tal te va.
Besos de vuelta y gracias por pasarte por aquí :)