Reseña: El reino del revés - Marie Lu

Nos han enseñado que la historia fue escrita por los hombres, que los grandes descubrimientos y logros de la humanidad han sido fruto de ellos, silenciando las voces y borrando los nombres de millones de mujeres que lo cambiaron todo, aún cuando tenían al sistema entero en su contra. Afortunadamente muchas de esas voces, esos nombres y sus logros encontraron eco en otras y otros que se han y están encargando de mostrarlas ante el resto, de darles el lugar que merecen.

Otra cosa muy común cuando revisamos el pasado es encontrarnos con mujeres que tuvieron que usar un pseudónimo masculino para poder mostrar su trabajo ante el resto, o aquellas que no lograron dar rienda suelta a su talento por las normas de una sociedad que solo les permitía dedicarse a las labores del hogar.

Maria Anna Mozart, también conocida como Nannerl, es un caso de esto último. Ella fue una prodigiosa música que tuvo que dejar de componer porque era considerado un oficio de hombres, y si una mujer recibía remuneración por él se le equiparaba al pago que se le daba a las prostitutas por su trabajo. Además de esto, su padre dejó de instruirla para dedicarse de lleno al menor de sus hijos, Wolfgang Amadeus Mozart, de quien seguro ustedes han escuchado.

Pintura realizada por Pietro Antonio Lorenzoni

Maynard Solomon cuenta en Mozart: A Life que, en los viajes que estos hermanos realizaron para tocar juntos en diferentes ciudades de Europa, inventaron un mundo de fantasía que visitaban para que sus trayectos en carruaje no resultaran tan aburridos. A este lugar lo llamaron El reino del revés, mismo nombre que lleva la primera novela que escribió la estadounidense Marie Lu y que publica mucho tiempo después, ya convertida en una de las autoras más importantes de la literatura juvenil en el mundo entero.

Esta historia se inspira en los hechos reales ocurridos a partir del año 1759 en Salzburgo, Austria, cuando la formación de Nannerl era la prioridad de su padre ya que su hermano era tan pequeño que no podía tocar el clavecín. Estos sucesos se entrelazan con la magia que despliega la autora para construir un relato partiendo del lugar imaginario que crearon los Mozart.

La novela nos presenta a Nannerl, una niña que soñaba con ser recordada por siempre, cosa que era prácticamente imposible por el contexto que ya he planteado. Pero un día se encuentra con un desconocido proveniente de un reino fantástico que le ofrece ayudarle a hacer su sueño realidad, siempre y cuando ella se comprometa a brindarle su apoyo a cambio.

Nannerl en los ojos de Marie Lu

La figura de Nannerl que ha creado la autora y todo lo que logra representar a lo largo del libro con ella es algo realmente valioso. Nos encontramos con un personaje adelantado a su época, inconforme con lo que le dictan como permitido (ojo, hay que recordar la época en que vivió), soñador y tremendamente valiente. Conecté muchísimo con ella y me alegré aún más al descubrir todo lo que aprendí con su historia, con sus experiencias. Gracias a Nannerl reconfirmé la cantidad de privilegios que tengo por el simple hecho de ser hombre, la importancia de la lucha incansable de las mujeres por hacer valer sus derechos y la necesidad de construir una sociedad más respetuosa y sana para todas y todos. Vaya chica memorable.

Además de ella, esta novela cuenta con un pequeño y completo grupo de personajes. Todos y cada uno permiten entender y conocer de mejor manera a la protagonista de la historia, desde sus motivaciones hasta sus mayores temores. Y aquí también debo elogiar a la autora porque, si amé a Nannerl, odié profundamente a su padre, y eso no dice más que cosas buenas de lo que se logró a la hora de construir a las figuras de esta obra. Créanme, el desprecio por este hombre es enorme.

El libro también nos lleva de viaje al pasado, a la Europa del siglo XVIII, y nos permite conocer cómo se vivía, cuáles eran las costumbres que se tenían, qué roles se asumían en el hogar, entre muchos otros factores que convierten a este texto en una clase de historia necesaria, importante y sumamente entretenida.

Por supuesto, en esta novela tiene que hablarse de música, y no se imaginan de qué modo. Las páginas de esta obra se convierten en partituras cargadas de misticismo, delicadeza, misterio y rebeldía. Este es un libro que vibra, que resuena hasta en sus silencios y que detona con la pasión que su protagonista le entrega a cada nota, a cada acorde, misma que es propia de alguien que hace algo que ama.

Y el círculo de esta historia se cierra con el reino del revés, un enigmático espacio en otra realidad en el que las hadas vuelan por doquier, los árboles crecer como si estuvieran reflejados en el agua y un misterioso de ojos azules está dispuesto a todo por cumplir tus deseos. Leer las descripciones que hace Marie Lu de este lugar y los detalles que nos regala me dejó con ganas de conocer más, lo que a su vez me hizo sentir que, quizá, no fue suficiente lo que llegué a conocer. Ya queda a mi imaginación revisitar este sitio y ver qué más puedo descubrir en él.

Si hay algo negativo que decir de esta novela es con respecto al ritmo. La parte final parece algo apresurada cuando el resto se compuso en ritmos más calmados. Poco más por decir al respecto.

El reino del revés es un manifiesto a la resistencia y a los sueños, a trabajar duro por ellos para hacerlos realidad. Y también es un recordatorio de todo lo que hemos avanzado y de lo mucho que aún nos falta por recorrer para que nadie más sea silenciado, para que podamos pisar tan fuerte como deseemos, con la certeza de que nuestra huella marcará un legado, a diferencia de los muchos a los que ni siquiera les permitieron ser olvidados porque no tuvieron la oportunidad de existir.

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