Reseña: Historias privadas de la libertad - Johana Bahamón

El primer recuerdo que tengo de Johana Bahamón es en la serie de televisión colombiana Tres Milagros, en la que interpretaba a una joven de clase alta llamada Milú. Después de eso le perdí el rastro y no fue sino hasta 2016 que conocí,  gracias a la charla TED Arte, trabajo y crecimiento, y a una entrevista que Woman True North le hizo sobre las segundas oportunidades (ambas realizadas en 2015), el rumbo que tomó su vida.


Esta actriz, administradora de empresas y altruista caleña fue invitada a ser jurado en el reinado de las internas de la cárcel El Buen Pastor el 24 de septiembre del 2012. Conocer la realidad de las reclusas y entender que muchas de ellas no habían tenido ni siquiera una oportunidad en sus vidas la hizo entender que todo pierde sentido si no se hace algo por los demás. La Johana que salió de la cárcel fue otra.

A partir de ese momento no ha parado un segundo en su esfuerzo por reconstruir nuestro tejido social, por darles herramientas a miles de reclusos y pospenados para que encuentren su lugar en la sociedad y vuelvan a creer en sí mismos, y por aportar a la construcción de un país más empático y solidario.


Más de 30.000 personas han sido beneficiadas por la Fundación Acción Interna y los diferentes proyectos que esta ha adelantado en 33 cárceles del país, dentro de la que destaca la apertura de Interno, el primer restaurante del mundo ubicado dentro de una cárcel de mujeres y abierto al público, elegido como uno de los 100 mejores del mundo por la Revista Times en 2018; o la agencia de publicidad Interna, fundada en 2019. 

Historias privadas de la libertad, primer libro de la ganadora del Premio Mujer Cafam 2020, presenta la realidad de ocho personas recluidas o pospenadas a quienes la vida les ha dado una segunda oportunidad. Ocho seres humanos que cometieron un error, pero que no quieren que esto los define y buscan darle un giro a su existencia. Ocho espejos que reflejan a las más de 120.000 personas que viven tras las rejas y a los miles más que han recuperado su libertad, y que también demuestran el valor que tiene ayudar al otro.

Quien acompaña a Johana en esta foto es Isabel, quien me regaló esta reflexión: el problema es la pobreza y la falta de oportunidades, si las superamos, tenemos la solución. La violencia no lo es.


Una de las principales cosas que este libro deja como recordatorio es que, si las cárceles no cuentan con verdaderas prácticas de resocialización, su impacto para la población carcelaria será negativo y la posibilidad de reincidencia se incrementará. Esto se agudiza cuando nos encontramos con una sociedad que los rechaza, los mira como menos, les teme y se niega a darles una segunda oportunidad. Una sociedad de la que hacemos parte usted y yo, quienes deberíamos estar pensando en este momento en qué estamos haciendo para ayudar a que la vida de otros sea mejor, en lugar de seguir apostando por la indiferencia.

Las historias de Emma, Daniel, Cindy, Isabel, Silvia, Ulises, Gilberto y Claribel han sido marcadas por la violencia en diferentes formas, pero gracias al trabajo de Johana y su equipo se han convertido en muestra de que la reintegración es posible, de que el trabajo con calidad da resultado y que eso de que la gente no cambia es puro embuste.


Este libro es una bellísima oportunidad para conocer una realidad que nos aterra, que desconocemos y preferimos ignorar. Una realidad que esta llena de personas con sueños, ganas de salir adelante, de seguir su camino y reconciliarse con la vida. Historias privadas de la libertad es una valiosa invitación a repensarnos, a no dejar que las diferencias nos separen y a salir de las cárceles personales en que nosotros mismos nos hemos encerrado.


Pdta. Si están interesados en ayudar a la fundación de Johana, pueden escribir a fundacion@accioninterna.com

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