Reseña: La carta de Ivy Aberdeen al mundo - Ashley Herring Blake

Nuestra mente es un cofre de memorias y de secretos. Guardamos allí billones de pensamientos sobre lo que vivimos o deseamos. Incluso nos volvemos directores de cine e imaginamos infinidad de situaciones y futuros posibles. En ocasiones dejamos que todo esto salga y se materialice en palabras en una agenda, pinturas en un lienzo o dibujos en una hoja de papel.

Ivy Aberdeen es una chica de 12 años con un asombroso talento para dibujar, lo cual se convierte en su única forma de expresarse. Ella tiene un cuaderno que esconde en la funda de su almohada, en el que ilustra muchas cosas de su vida y de lo que piensa. Últimamente hay una imagen que ronda en su cabeza y decide plasmarla en el papel. Pensar en dos chicas agarradas de la mano es algo que la conflictúa, que no termina de entender, pero Ivy no encuentra el valor suficiente para comentarlo con sus padres, su hermana mayor o su mejor amiga.

Mientras estaba en su habitación pensando en lo que pasaba por su mente, una fuerte tormenta llega a Georgia y devasta todo lo que encuentra a su paso, incluyendo la casa de Ivy. La familia debe ir y encontrar cobijo en el gimnasio de la escuela de la chica, el cual se convierte en refugio para los afectados por el desastre.

Dicen por ahí que, cuando las cosas van mal, pueden ponerse peor. Y eso es exactamente lo que le ocurre a Ivy, pues su cuaderno de dibujo desaparece y días después encuentra en su casillero una de sus ilustraciones junto a un mensaje… ¿Quién tendrá la libreta de la chica? ¿Están seguros los secretos de Ivy? ¿Encontrará el valor para hablar de todas las dudas que tiene con alguien? Pues de eso va La carta de Ivy Aberdeen al mundo, una novela de la escritora estadounidense Ashley Herring Blake.

La autora nos entrega capítulos cortos en pro de la agilidad en la lectura, un lenguaje sencillo y ameno, y un elenco de personajes que fácilmente lograremos identificar en nuestro entorno. Algo que sí me hizo mucha falta fue encontrarme con ilustraciones dentro de la novela, las cuales nos dieran un vistazo del trabajo de Ivy. La cubierta del libro es preciosa, pero se queda corta ante la necesidad que plantean las descripciones que se dan.

Este libro está enfocado en el público middle grade (10 a 13 años), pero el grado de profundidad que da a muchos de los temas que toca y la pertinencia de las problemáticas que aborda resultan apropiadas y necesarias para un espectro de lectores mucho más amplio.

¿No es este uno de los epígrafes más fuertes que han leído? Y no se imaginan la dedicatoria.

Ivy se siente sola pues sus padres ya no le prestan tanta atención desde la llegada de sus hermanos gemelos. Ivy perdió la confianza en su hermana mayor por un comentario que le escuchó decir. Ivy no entiende muchas cosas de las que piensa y no encuentra la forma de hablarlas con nadie. Ivy no sabe si lo que se pasa por su mente es normal y no ve en su cotidianidad figuras que le demuestren que así es. Como ven, la historia de Ivy es la realidad de millones de personas alrededor del mundo.

Resulta muy valioso encontrarse con obras como esta que no teman abordar temáticas que para muchos continúan siendo tabúes. Ashey Herring Blake habla con total normalidad de la homosexualidad, la pérdida, las familias diversas, la sobreprotección, la resiliencia y el poder de las palabras.

Dentro de todas las temáticas que confluyen en este libro, siento que lo más relevante en la novela es la importancia que da a la representación. Abrazar la normalidad de todo tipo de personas es increíblemente valioso y no se imaginan el potente significado que puede tener para alguien. Ivy no encuentra representación en su entorno, no ve personajes que estén viviendo su misma realidad y esto la hace pensar que está mal sentir como ella siente. La presencia de personajes LGBTI en el cine, la televisión, la literatura y en espacios de discusión es totalmente necesario para dar visibilidad y acompañar a muchos que están llenos de temores e inseguridades sobre lo que son. Y si esto empieza a trabajarse desde temprana edad, estoy seguro de que mejores tiempos vendrán para nuestra convulsionada sociedad.

Y hablando de esto, creo que no me equivoco al decir que la cantidad de referentes femeninos LGBTI en comparación con los masculinos es mucho menor, por lo que el ejercicio de la autora se convierte en algo más importante todavía.

Esta también es una novela en que el amor cobra un papel muy importante, y no solo el amor romántico, sino también el amor por la familia, por los amigos y por lo que nos hace felices. La visión del amor que muestra la autora en esta obra es tan real, que me enamoré por completo del cierre que le regaló. Ya verán cuando lo lean.

Hablar de este libro es hablar de Ivy, un personaje inolvidable. Esta chica es totalmente enternecedora y representa lo que cualquiera de nosotros ha pasado en algún punto de la vida, sin importar nuestra orientación sexual. Todos nos hemos sentido en el lugar equivocado. Todos nos hemos sentido completamente solos. Todos hemos extrañado algo que parece ya perdido. Todos nos hemos enamorado. Todos hemos necesitado un abrazo. Todos hemos pensado que no somos buenos para nada. Todos hemos recorrido (o estamos recorriendo) el camino para encontrarnos a nosotros mismos. Todos, absolutamente todos, hemos querido escribirle una carta al mundo, aunque el mundo nunca nos haya escrito una.

La carta de Ivy Aberdeen al mundo es una novela que debería estar incluida en el plan lector de todos los colegios del mundo y en la mesa de noche de muchos padres de familia. Una historia singular sobre la búsqueda de la identidad, el valor de la amistad y de la familia, y pertinencia de ser más empáticos con nuestro prójimo. Un emotivo relato que se ganará un lugar en el corazón de cualquiera.

Ojalá algún día nadie tenga miedo de decirle al mundo quién es.

Pdta. La traducción de este libro estuvo a cargo de María Celina Rojas.