Reseña: ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? - Raymond Carver
Amor. Una palabra tan común como reveladora. Cuatro letras reiterativas
en las conversaciones que inundan las calles. Un sentimiento frenético e
intenso que sería imposible conceptualizar.
¿Qué es el amor? Un momento. Un corrientazo que nos usa como
conductor. La sensación de ahogo cuando alguien se marcha. La piel erizada ante
un roce. Repasar el rostro de quien duerme a tu lado. Ver felices a quienes te
importan. Las horas entregadas a aquello que nos apasiona. Un abrazo que desearías
fuera inmortal. Realmente no me siento en capacidad de definir el amor. Lo
encuentro complejo, basto y subjetivo. Por eso me conformo con sentirlo. Le
dejo la labor de explicarlo a los pintores, directores de cine, músicos, poetas
y demás que decidan hacerlo.
¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? Seguramente
esta pregunta rondó la mente de Raymond Carver, uno de los maestros de la narrativa
contemporánea y fundador del realismo sucio, y dio paso a 17 cuentos que
muestran al amor en distintas facetas y su repercusión en el ser humano.
Este libro acude a la intimidad de sus protagonistas, a
dar brillo a esa cotidianidad que dejamos pasar sin más como las agujas del
reloj, pero que puede resultar espectacular. Un baile improvisado en una venta
de garaje, un juego de bingo en el que los miedos crecen con cada canto, una reunión
de amigos para invitar al pasado o la llegada de un desconocido a la puerta son
los escenarios idóneos para hablar del amor.
Cuando hablamos de esto solemos quedarnos en la miopía de
pensar únicamente en las relaciones de pareja y en el goce máximo que este
sentimiento (como lo define la RAE) representa. Pero ¿acaso el amor no duele
cuando no es correspondido? ¿No es amor el que una madre llegue a casa cansada
después de un agotador día de trabajo para preguntarle a su hija cómo estuvo el
día y ayudarle a hacer sus tareas? ¿No hablamos de amor cuando el estómago no
puede más ante la risa incontrolable que nos causa revivir los buenos momentos
junto a nuestros amigos? ¿Acaso el amor no se sigue sintiendo aún cuando el
otro ya lo ha olvidado? ¿Ver una cola moviéndose y cuatro patas abalanzándose hacia
ti al abrir la puerta no cuenta como amor?
Quizá lo que escribió Carver se sitúa en los lugares que
conocía y en sus escenarios comunes, pero esta narrativa se amplía y tiene la
capacidad de ser un contexto universal. Y por si esto fuera poco, el punto
más alto en el trabajo del autor está en la simplicidad y la justeza con la que
escribe, en la sensación de extravío que deja con cada historia, en la sensata
incompletitud de sus relatos y la genialidad que tiene para conectarnos, para
hacernos parte de lo que cuenta.
¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? En
esta conversación con Raymond Carver van a ver otras aristas y a descubrir límites
que, quizás, no tenían en mente. Un conjunto de vivencias en donde el poder del
minimalismo estalla y la habilidad de un gran escritor se hace presente. Aún no
me atrevo a definir el amor, pero me quedo con el goce de leer y releer a este
señor de las letras.
Dato curioso:
10 años después de la muerte de Carver, surgió una polémica que correspondió a la intrusión de su editor, Gordon Lish, en la publicación de sus textos. Un artículo de The New York Times reveló que Lish reescribió párrafos enteros y cambió los finales de varios de los cuentos de Carver, incluyendo algunos de los contenidos en ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
En 2009 se publica el libro Principiantes, en el que se incluyen los relatos originales de Carver.
En mi persona recomiendo el libro, ya que puedes crear emociones en pocos segundos, transforma el entorno en el que estas, por el plano de la historia. Estando en el lugar de Raymond,hablando de lo que la gente a valorado más que es el amor, desde el primer amor, amor con inquietud o simplemente amor, constelando en una sola historia si vida dentro de él romanticismo
ResponderBorrarTodo tiene un lado bueno y malo, cuando tienes conexión con la persona empieza desde el día uno.
„Podía escuchar mi corazón latir. Podía escuchar el corazón de todos. Podía escuchar el ruido humano que hacíamos allí sentados, ninguno de nosotros nos movíamos, ni siquiera cuando la habitación se oscureció.“
Raymond-carver
Att:Edryan
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