Reseña: Camino a Sognum (Mundo sin dioses 1) - Benito Taibo

Muchos libros de historia y grandes expertos en la materia cuentan que Cristóbal Colón llegó en el año 1492 d.C. a un territorio hasta el momento inexplorado, que es el mismo que ahora se conoce como América.

La llegada de los españoles a estas tierras tuvo una serie de consecuencias en la conformación social y cultural existente, por ejemplo la oficialización del catolicismo como religión predominante, la migración al idioma español, el naciente mestizaje debido a los cruces raciales (no siempre de manera consensuada, según cuenta la historia), la creación de nuevas rutas marítimas entre el continente europeo y el asiático, y el incremento en la tasa de mortalidad en los nativos debido en gran parte a la transmisión de enfermedades provenientes de Europa (entre otras causas que no vale la pena mencionar).

¿Por qué traigo a tema este hecho? Porque fue lo primero que se me vino a la cabeza al leer lo que tuvieron que vivir los habitantes del territorio de Almirán cuando una horda de balbuz los atacó, destruyendo todo lo que tenían en frente sin importarles el valor que para los nativos poseía todo lo que durante tantos años habían construido y sin contar las historias que esto les significaba.

Pero, ¿dónde queda Almirán? Es algo que no sé a ciencia cierta, pero seguramente Benito Taibo (el mismo de Persona normal) me lo contará en algún momento entre las páginas de los diferentes tomos de trilogía Mundo sin dioses, cuyo esperadísimo primer libro, Camino a Sognum, es del que vamos a hablar en esta ocasión.


Aquí nos encontramos con cuatro historias diferentes, cada una igual de importante a la otra:
  • Primero tenemos a Yorick, quien vive en Almirán con sus padres y con Miranda, su hermana mayor, que es la que siempre lo salva de situaciones en las que su vida corre alto riesgo; este chico convive con el deseo constante de ver qué hay más allá de lo que siempre ha estado a su alcance, pero sus padres y quienes están a su alrededor lo empujan a quedarse en donde está.
  • En segundo lugar está Azur Banná, un matemático que cae en manos de un monarca que no sabe contar y en un pueblo donde predomina la ignorancia. Bueno, me faltaba decir que está condenado a muerte por haberse atrevido a tocar a una intocable.
  • Por otro lado nos encontramos con Rovier Dangar, un náufrago encerrado en su pasado y en una isla desierta.
  • Y para terminar está Milka, una guardasueños del reino de Sognum quien debe cuidar a un ejército de guerreros durmientes a la espera de ser despertados para la batalla. 
Debo confesar que tenía miedo de encontrarme con esta faceta de la escritura de Benito Taibo pues todas mis experiencias leyéndolo jamás exploraron la fantasía como lo prometía este libro. Sin embargo, el temor era completamente infundado.

El autor mexicano toma personajes con realidades completamente diferentes, ubicados en distintos lugares, bajo contextos diversos, y poco a poco hace una aproximación a lo que viven, a su pasado y su presente, a su modo de ver el mundo, a su cotidianeidad, a los conflictos con los que se enfrentan, a los sueños que tienen y, en conclusión, a lo que son en definitiva.

Capítulo a capítulo la narración en tercera persona va saltando de una historia a otra, lo que nos mantendrá en vilo largo rato para saber cómo avanza la línea que veníamos recorriendo. Este detalle hace que la lectura sea más adictiva y que avancemos rápidamente por la necesidad de saber qué pasará en cada una de las vidas que se relatan.

Estoy seguro de que Benito se enfrentó a varios retos dentro de la escritura de esta novela, pero quiero centrarme en dos que considero fundamentales: (1) hacer que las vivencias de los diferentes personajes sean atractivas para el lector y (2) construir un universo coherente para que todo lo que se está contando tenga lugar. (1) Para empezar tengo que decir que mi historia favorita fue la de Azur Banná (me reí mucho con las charlas que este matemático sostenía con el rey que lo condenó a muerte mientras jugaban Crim, juego inventado por el autor), pero esto no quiere decir que las demás no me agradaron, porque todas consiguieron emocionarme y entretenerme. El modo en que temas como la venganza, los sueños, la frustración, la educación, las perspectivas, la amistad, la lealtad, la rebeldía (importantísimo) y la libertad (más importante aún) iban siendo abordados por la narración de Benito es algo que simplemente tiene que disfrutarse. (2) Y por otro lado, es muy difícil (prácticamente imposible) concebir una obra de fantasía o de ciencia ficción sin una construcción de mundo, y Camino a Sognum no se queda corta con esto, pues nos encontramos con pociones y artilugios mágicos, seres quiméricos como las intocables, sistemas jerárquicos propios de cualquier conformación social (y fácilmente homologables a los nuestros), un contexto histórico pertinente, lugares y costumbres sagradas, escenarios exuberantes y sobrecogedores, y muchos otros ingredientes que dotan de fuerza y veracidad a un libro como este. Al respecto debo acotar que hay detalles que hecho de menos, pero espero poder encontrármelos en los siguientes tomos de esta trilogía.


Hablar de este señor escritor es hablar de una generación entera de seres que creen que un futuro mejor es posible, que ven a los libros como compañeros de vida y que saben que la educación es una herramienta lo suficientemente poderosa como para cambiar este mundo. Si bien este libro se aleja de lo publicado anteriormente por el autor, ese toque reflexivo que nos hace pensar antes de actuar y querer mirar la vida con otros ojos se mantiene, aunque de modo más implícito, cosa que me alegra sobremanera pues le da el protagonismo que merece a la increíble historia que se va desarrollando con el pasar de las páginas.


Y no podía despedirme sin hablar de Yorick, Miranda, Azur, Rovie, Milka (su vida es la que más incógnitas me plantea y más ganas de descubrir tengo), Yago, Oberón, Abú Karman (mi favorito a pesar del odio que siento por él) y todos los demás personajes que tienen que ver con Sognum, porque con sus vivencias me regalaron instantes inmejorables, y eso es lo que como lectores terminamos buscando.

Camino a Sognum es un libro con buenas dosis de acción, magia e intriga. Una fantasía con poderosos mensajes de cara a nuestra realidad. Una suma de experiencias y aventuras que no dejaron que me apartara de la lectura. Un inicio de saga sumamente prometedor que nos sumerge en el andar de vidas con un hilo rojo de por medio. Necesito el segundo libro ya mismo para conocer más de este mundo sin dioses.

Y sí, leer es resistir.


Pdta. Me encantó el detalle de dar a todos los habitantes de Almirán nombres de personajes de Shakespeare.

Comentarios

  1. Me agradó tu reseña, sólo un pequeño detalle: Yorick Naat es el padre de Yago y de Miranda, esposo de Desdémona. Sus hijos Yago y Miranda, ellos sí son hermanos.

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