Reseña: Llámame por tu nombre - André Aciman
Prendes tu computador, entras a Google y buscas la
información que necesitas. La mayoría de las dudas que tenemos sobre muchos
temas tiene esa sencilla opción de resolución. Indagamos sobre los lugares que
queremos visitar, los productos que queremos comprar, las últimas noticias
sobre nuestros artistas favoritos, las novedades en nuestro campo profesional…
Incluso en la vida de los más pequeños ese compañero llamado internet llegó
para cambiarlo todo.
Recuerdo que, por ahí en el 2004, cuando cursaba 3° de
bachillerato, conocí algo llamado Encarta, una solución virtual que utilizaban
muchos de mis compañeros para resolver las tareas que nos dejaban en el
colegio. Por mi parte, yo acudía a una serie de enciclopedias que armábamos en
familia con fascículos que salían semana a semana en el periódico, y a una
gigantesca de cubierta de cuero que mis papás me compraron para ayudarme con
mis trabajos. Entre las más de 3.000 páginas que tenía esa fiel amiga, pude
encontrar casi todas las preguntas que me planteaban mis profesores, y aprendí
a definir miles de palabras que encontraba en mi día a día. Finalmente descubrí los buscadores de internet y ya sabrán cómo termina la historia...
Sin embargo, con el paso del tiempo entendí que explicar
muchas cosas de la vida no era tan sencillo como buscar un significado dentro
de una enciclopedia o en Google. Un ejemplo de ello es el amor, sentimiento que, estoy
seguro, jamás terminaré de comprender, pero que voy entendiendo con cada
experiencia un poco más.
“Llámame por tu
nombre” es la primera obra de ficción del autor egipcio André Aciman (de
nacionalidad estadounidense), la cual lo hizo merecedor en 2007 del Lambda Literary Award. Este libro nos
transporta a una villa al norte de Italia en el verano de 1983; Elio es un
joven de 17 años, cuyo padre, un catedrático consumado, recibe en su casa de
campo año tras año a un estudiante de posgrado con la única condición de que este
le ayude en sus labores académicas. El estudiante de turno es Oliver, un
estadounidense de 24 años muy estudioso y dedicado. En ese verano italiano de
1983 se escribirá entre estos dos personajes una memorable historia de amor.
Pensar en la
explosión se sensaciones que atraviesan el cuerpo de Elio cada vez que piensa
en Oliver, cada vez que lo siente cerca, cada vez que el aroma de aquel hombre
inunda su ser, cada vez que lo ve acercarse a otra persona, cada vez que no
recibe de él la atención que espera, cada vez que su pasión no es
correspondida, cada vez que roza los labios de aquel que lo hace poderosamente
débil, cada vez que la furia del deseo lo sobrepasa y llega al éxtasis, me hace
pensar en la imposibilidad de definir las cuatro letras que componen esta
palabra tan grande.
Fanarts de Antonio Pintor, Hyundgo, Leonè Mode, Hed y JBG. |
André Aciman narra con maestría una historia que a simple
vista es tremendamente sencilla, pero que se mueve en la complejidad del nacer
siendo humano, del vivir perdido entre sensaciones, del caminar estrellándose con
pensamientos. Con una narrativa delicada, nostálgica, calma y pasional, “Llámame por tu nombre” va más allá de los
tópicos de la literatura romántica con personajes gay, y construye una historia
universal que estudia de manera natural y espontánea el primer amor, las
emociones que ello implican, las derrotas que vienen implícitas y los triunfos
que hacen vibrar nuestro ser.
Elio es quien se abre por completo y se descubre ante el
lector con cada experiencia que le cuenta. Este es un personaje sin florituras
más allá de las que todos los seres humanos podemos tener, un adolescente en
pleno encuentro consigo mismo, que busca hallarse en los días con sus amigos,
en las enseñanzas de sus padres, en las lecturas que lo alimentan, en las dudas
que lo inquietan y en las sensaciones que lo aturden. La voz de este joven es
valiente y honesta, no esconde sus temores ni sus múltiples inquietudes,
sino que los va planteando a medida que Oliver lo hace consciente de la infinitud
de ese lazo que se ha tejido entre ellos. No
es fácil amar, y menos hacerlo cuando muchos no entienden o juzgan ese amor,
pero hay que hacerlo. Amar es el mayor acto revolucionario.
Otro detalle importante para resaltar en lo que representa
este libro es la importancia que cobran las locaciones en donde todo se
desarrolla, y la naturalidad con que el autor describe los distintos escenarios
en los que todo lo que hay entre Elio y Oliver comienza a fluir. Hay paseos en
bicicleta, tardes tirados en el pasto, o
mordiscos a un durazno que nunca se borrarán de mi memoria…
Pero sin duda alguna
el elemento más poderoso dentro de lo que hace el autor en esta novela es la amplia
perspectiva del amor que nos regala. Sí, muchas veces quisiéramos que el
amor fuera solo paseos agarrados de la mano, miradas que dicen más que horas de
conversación o hacer el amor sin reparo alguno en un hotel en el fin del mundo…
pero todos sabemos que el amor es un sentimiento humano y, como tal, es
completamente impredecible. Dudas, miedos, inseguridades, desenfreno, ansiedad…
Es imposible entendernos o explicarnos.
“Llámame por tu
nombre” es un libro bellísimo, lleno de razón y sentimiento. Una historia cautivadora
en donde lo importante no son los que sienten, sino lo que sienten y la
cantidad de cosas que ello significa. Una reflexión tremenda sobre la vida y lo
imprescindible que es permitirnos vivir, así no más. Una pequeña manera de dilucidar
la definición del amor.
Pd. 1. Necesitamos
más padres como el de Elio.
Pd. 2. Vean la
película, es un deleite visual y emocional para el recuerdo.
Llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío... |
Parece un libro bonito e interesante. Gracias por la sugerencia.
ResponderBorrarEs precioso. Poco más por decir.
BorrarEspero lo leas pronto y me cuentes qué tal te pareció.