Reseña: Wink Poppy Midnight - April Genevieve Tucholke
El profesor X es un personaje insignia en la universidad donde cursé mi
pregrado; muchas personas salían de sus clases contentas y muertas de risa
mientras que otras simplemente guardaban silencio y seguían su camino.
Finalmente en sexto semestre tuve la oportunidad de conocerlo y ver qué
tenía de particular su cátedra. Me senté en la tercera silla de la segunda
fila, saqué mi agenda cinco materias, mi bolígrafo negro y mi corrector. La
puerta se abrió y alguien nos saludó de manera efusiva, como si nos conociese
de toda la vida.
El profesor X es un tipo ilustre que ha dedicado la vida entera a su
formación intelectual tanto dentro como fuera de su espacio de desarrollo
profesional. Sus días se han escrito a punta de los libros que ha leído, lo
cual a primera vista puede lucir extraordinario, si obviamos que dejó de
vivirla y permitió que las historias que leía se adueñaran de ella. El profesor
X vivía en una realidad muy diferente a la de nosotros y eso lo noté en el preciso
instante que empezó la clase; tenía frente a mí a una persona brillante y con
un mar infinito de conocimiento dentro de su cabeza, pero que no era capaz de
enfocarse en una sola idea y darle rienda suelta, sino que divagaba entre mil y
un mundos sin lograr explicarnos a ciencia cierta ninguno de ellos. En plena
clase de teoría contable estábamos pintando cerdos y escribiendo versos sobre
el color del pavimento y el aroma del pino. En sus momentos de lucidez y con un
café en mano disertamos de manera brillante sobre temas de la profesión que nos
preocupaban, pero cuando el vaso estaba quedando vacío, nuevamente su cabeza
volaba a otro universo.
Cuando terminamos el semestre, muchos salieron felices y muertos de risa
por la nota perfecta que les salvaría el promedio, mientras otros simplemente
guardamos silencio y seguimos nuestro camino.
Durante mi visita a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires fueron muchas las historias que se pasaron por mis ojos y me dejaron antojado,
pero sin duda alguna la premisa de la que vengo a hablarles hoy me robó toda la
atención. En esta oportunidad vamos a hablar de “Wink Poppy Midnight” de April
Genevieve Tucholke, distribuido en Colombia por Ediciones Urano.
Wink, Poppy y Midnight son tres adolescentes de un pequeño pueblo. Wink
es adicta a la lectura. Poppy la abeja reina del lugar. Midnight una sombra
silenciosa que no sabe qué hacer con su propia existencia. Hay algo entre
ellos. Algo que no saben explicar. Algo que los conecta. Algo que solamente descubrirán
cuando las páginas se vayan agotando.
Lo primero que debo mencionar de este libro es la estrecha y magnífica
relación que tienen la portada y su contenido. La puerta de entrada a esta
historia es a todas luces de las más bonitas que tiene mi biblioteca. Llena de
detalles y curiosidades, tal como los tiene el libro en sí.
No solo la pluma, sino la inventiva de April Genevieve Tucholke, son de
las más extrañas e interesantes con las que me he encontrado últimamente. Parece
que estuvieras caminando con los ojos vendados y hacia ninguna parte, pero todo
lo que la autora te va contando tiene un propósito y una razón de ser (si hay
cabos sueltos, no logré detectarlos). Es una voz omnipresente que te guía aun cuando
no la escuches.
Otro punto a destacar es lo bien que se siente la inclusión de metáforas
dentro del texto. Pasas una tras otra y no parece que están forzadas ni que
puestas así sin más solo por hacer lucir el libro más valioso y genérico, sino
que van conectadas con lo que está pasando y son necesarias tanto para el Héroe
y el Villano de la historia, como para el Secreto que la cubre.
Adicionalmente a lo ya mencionado, me fascino el triángulo que se
construye en la novela, porque no es la típica figura geométrica exasperante,
gastada y estandarizada que se duplica indiscriminadamente en el 98,765423% de
las novelas juveniles que vemos hoy en día. La autora dota a la relación entre
estos tres personajes de un sabor diferente y una mística que va más allá de
una relación de pareja en donde llega un tercero en discordia. Por supuesto, es
un triángulo al fin y al cabo y tiene algunos elementos comunes con el resto,
pero aquí la sensación que queda es muy distinta.
Genevieve nos regala la cantidad necesaria de descripciones como para
que tengamos un panorama claro tanto del lugar de la acción como de los
actores en ella. Hay soledad, abandono, amor, pasión, odio, rencor, amistades
postizas y existencias trastocadas que van paseándose por establos, casas
abandonadas y parajes lejanos de un pueblo en el cual se está escribiendo una
historia bastante peculiar.
Definitivamente mi personaje favorito es Poppy. Una chica que crece,
aprende y se transforma conforme las cosas la van llevando a hacerlo. Siempre
me ha inquietado conocer qué lleva a los chicos populares a hacer muchas de las
cosas que hacen, y creo que la autora hasta cierto punto logra darme una
radiografía de ello.
Adicionalmente la obra tiene giros bastante interesantes y en su mayoría
inesperados, lo cual carga a la trama en su totalidad de un aire de intriga que
se agradece y que se disemina incluso hasta el punto final.
“Wink Poppy Midnight” es una de esas lecturas que no esperas, que por momento sientes lenta y sin propósito, pero que terminan por pasarte por encima. Una obra curiosa en todo el sentido de la
palabra. Una novela corta cargada de elementos que la hacen valiosísima. Los
libros son un resguardo y muchas veces una salvación, pero no hay que olvidar que hay tenemos una vida y no
hay nada más gratificante que vivirla al máximo.
Comentarios
Publicar un comentario