Mi tiempo con Jordi Sierra i Fabra...

Soy uno de los millones de seres humanos que empezó su camino por la lectura por un ejercicio obligatorio que debía realizar en el colegio para cumplir con un deber y sacar una buena nota. Soy parte de esa pequeña proporción que después de la obligación logré enamorarme de los libros y de todo lo que ellos representan, y en parte, se lo debo a Jordi Sierra i Fabra, uno de mis autores favoritos. Aquí les dejo el resultado de una de las charlas más entretenidas e inspiradoras que he tenido la oportunidad de sostener...


Tomada de papelenblanco.com

Hay algo muy curioso que pasa con los libros y el ejercicio de la lectura, y es que la mayoría de las personas llegamos a ellos por obligación, por cumplir con el plan de lectura que se impone en los colegios. “Cuando los genios andan sueltos” fue el primer libro, que a pesar de ser lectura obligada, me gustó y me transmitió algo pues lo sentí muy cercano a mí y logré identificarme con lo que allí se contaba. ¿Qué sientes al saber que para muchas personas alrededor del mundo tus letras significan tanto?

De entrada te voy a decir una cosa, y es que a mí también me tocaba leer por obligación en el colegio, pero lo complicado es que solamente leíamos un libro al año: “Don Quijote de la Mancha”, por lo cual yo odiaba a Cervantes profundamente.

Desde hace 30 años mis libros empezaron a llegar a los colegios y tanto los estudiantes como los profesores comenzaron a simpatizar con ellos. A partir de esto, muchos encasillaron mi obra como juvenil, pero lo curioso es que yo no escribo para jóvenes, sino que casualmente de cada 10 ideas que tengo, en siete de ellas el protagonista es un chico de entre 15 y 20 años.

Mis novelas muchas veces tocan temas durísimos, pero como el protagonista tiene 15 años, podemos venderlo como algo juvenil y por mí no hay ningún problema, pues mis letras pueden llegar a mucha más gente que si la hubieran catalogado como para adultos.

De igual manera esto ha devenido en que me haya convertido en lectura obligada no solo en España, sino también en Colombia y muchos otros países, o cuando menos recomendada. Muchos maestros me han dicho que al principio los muchachos se enfadan cuando ponen dentro del plan un libro mío, pero luego se sienten felices y conectados, lo cual me hace sentir feliz pues mi forma de escribir les gusta y les llega.

No pretendo demostrar nada a nadie. Soy un novelista. Escribo libros. Cuento historias. No soy intelectual. Pero me hace muy feliz escuchar este tipo de cosas.

Pero también hay otro tipo de comentarios. Una vez en un blog literario escribían que seguramente Sierra i Fabra tenía negocios con la gente del Ministerio de Cultura de España y que por eso eligen mis libros dentro de los programas de lectura de diferentes colegios; en términos colombianos, yo estoy en la rosca. En el blog comentaban que habían ido a tres escuelas y en todas estaban mis libros. “No puede ser, Sierra i Fabra otra vez” leí allí en aquel momento.

Me siento orgulloso que tanto tú como otros lectores hayan encontrado gusto en una lectura obligatoria y más que haya sido con un libro mío, pero lo cierto es que este ejercicio puede matar el amor por la lectura y generar aversión hacia los libros.

Para ti ¿qué es leer?

Para mí leer es como hacer el amor. Estás tú con tu libro, a solas. Compartes una experiencia única y que solo vas a sentir tú, aunque muchos otros hayan leído el mismo libro. El placer es distinto para cada persona y difiere en cada situación.

¿Y escribir?

Es un orgasmo continuo. Escribo ocho horas al día y cuando entro en estado alfa llegó al paraíso. Escribir es algo fantástico, que me hace feliz y me llena de placer, y al menos para mí, no hay nada mejor que eso.

¿Cómo conquista Jordi Sierra i Fabra?

Haciendo reír a la otra persona. Reír es una especie de sinónimo de felicidad. Hay que tratar de hacer que la persona que amamos sea feliz.

Cuando estaba en el colegio dos de mis lecturas obligadas fueron libros de Gabriel García Márquez. Tenía 12 años cuando “Cien años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera” llegaron a mis manos y estoy seguro que el recelo que sentí por la obra de este personaje, a quien luego le tomé mucho cariño y por el cual siento profunda admiración, se dio por el hecho de haber tenido que leer dos obras en el momento que no era.

Tengo que confesarte que a mí me cuesta leer García Márquez y cuando tuve la oportunidad de conocerlo se lo dije.

En España a muchos les ponían a leer “La Celestina” lo cual pudo llegar a matar infinidad de lectores sin darles la oportunidad de nacer. Son novelas con un lenguaje complicado, escrito para otra época y para un público que no precisamente es el que recién está empezando este camino. Pienso que leer a los clásicos por obligación, es matarlos.

Soy defensor de que en los colegios se proponga la lectura de cuatro libros al año: tres actuales y el otro un clásico, pero no tan clásico como de los que hemos hablado, sino clásicos modernos que puedan hacer que los chicos se conecten con ellos, como por ejemplo la obra de Julio Verne o Robert Louis Stevenson. Otra cosa importante es que se lean diferentes autores y de diferentes nacionalidades, para que así los chicos tengan la oportunidad de conocer otros mundos y otras realidades.

En un mundo utópico podríamos pensar en darles una oferta de libros y que cada quien elija el que quiera. A los maestros esto no les gusta porque tendrían que hacer cuatro exámenes diferentes en cada nivel, pero habría que empezar a pensar en qué es lo mejor para los estudiantes.

No podemos olvidarnos que no todos somos iguales, no todos queremos dedicarnos a lo mismo y no a todos nos gusta lo mismo. Hay chicos a los que les gusta la ciencia ficción, a otros la historia, a otros la poesía o el ensayo, y la academia debería empezar a entender esto. Cuando te duele una mano no te dan el mismo tratamiento que le dan a tu vecino al cual le duele la cabeza. Hay que apostarle a la variedad.

Hay algo que he encontrado en común en todos los libros con tu nombre en la portada que he tenido la oportunidad de leer y es que a pesar lo crudo y difícil que sea el tema que se aborda, siempre hay un cierre en donde prima la esperanza.

Yo tengo un código de ética formado por cinco palabras: amor, paz, respeto, honradez y esperanza.

¿Por qué amor? Soy un romántico y tengo la certeza que estamos en el mundo para amar.

¿Por qué paz? He sido hippie, me negué a prestar el servicio militar obligatorio, casi voy a la cárcel por revolucionario, odio las armas y todo lo que representa violencia.

¿Por qué respeto? Si nos respetamos, hay sociedad.

¿Por qué honradez? Necesitamos poder creer en algo o en alguien. En la sociedad actual todo es corrupción, dinero, materialismo y egoísmo. Los padres les dicen a sus hijos que estudien algo con salida… Por Dios, que estudien algo con salida cuando lo que deberían hacer es estudiar y ser lo que quieran ser y lo que los haga sentir felices.

¿Por qué esperanza? No creo en un dios o en que exista un paraíso después de la muerte. Simplemente me levanto contento cada mañana, feliz de estar vivo y de poder escribir. Me levanto contento porque hay esperanza y mientras haya esperanza habrá vida.

Ahora hablemos de “Lo demás es silencio”…

En el colegio sufrí acoso escolar por ser tartamudo. Para los jóvenes de cursos mayores yo era un ser inferior y me lo hacían saber a cada momento. A pesar de que los golpes, insultos y palabras ofensivas que recibí me hicieron más fuerte, nunca tuve el valor que tiene la protagonista del libro de decirle a sus papás que el alcalde del pueblo le ha tocado las tetas. Nunca tuve ese valor y creo que fue por culpa del orgullo, pues no quería que mis padres pues no quería que lo supieran, ni a mis maestros pues no quería que me defendieran.

El que pega, insulta y discrimina es una persona que le tiene pánico a la vida y su única defensa es ser agresivo; este tipo de personas cuando crece y forma una familia, casi siempre genera cadenas de violencia que lo único que hacen es perpetuar el problema.

Siempre quise ser escritor. Tenía algo en que creer y por lo cual luchar, y traté de aferrarme a eso. Nunca quise verme como una víctima ni como un perdedor, sino como resistente, porque eso fue lo que hice.


“Lo demás es silencio” es un libro que ha salido solo para Colombia por el momento, y es porque creo que el país lo necesita. No me siento tan importante como para crear una obra que salve al mundo, pero sé que lo que está ahí tiene un mensaje que puede servir. Es una historia que sucedió en España y que da muestra de la sociedad en que vivimos, en donde las mujeres son violadas porque se lo buscaron, en donde no podemos vestirnos como queramos porque somos provocadores, en una sociedad machista en donde nos creemos dioses, en un mundo en donde preferimos controlar a educar.



Comentarios

  1. "Para mí leer es como hacer el amor. Estás tú con tu libro, a solas. Compartes una experiencia única y que solo vas a sentir tú, aunque muchos otros hayan leído el mismo libro. El placer es distinto para cada persona y difiere en cada situación" Perfecto.
    Que grato fue leer la entrevista, realmente se nota que hablar con tal perdonaje debió ser una gusto total,de ese tipo de personas con el que no te das cuenta de que pasa el tiempo, tiene una perspectiva muy interesante de la vida.
    P.D. Me alegro que se solucionara el problema que tenías con Gabo, lastimosamente es muy incomprendido por los propios Colombianos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Tania :)

      Fue un rato inolvidable y que no cambiaría por nada. Fui muy feliz charlando con Jordi. Tiene una visión de la vida tremenda y que te pone a pensar y a reflexionar sobre muchas cosas.

      Gabo ya está en mi club ;) Desafortunadamente esas obligaciones han hecho que muchos no le presten la atención debida.

      Gracias por pasarte por aquí :)

      Borrar
  2. Bueno... He leído a Jordi, y es completamente increíble la forma de expresarse y esa facilidad de hacerme sentir muy bien.

    Me encantó la entrevista y conocer mucho más de él.

    Gracias!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Zully :)

      Este es uno de esos autores que te puedes topar durante toda tu vida, y siempre tendrá algo para aportarte sin importar la historia que esté contando. Es una completa maravilla.

      Gracias por pasarte por aquí :)

      Borrar

Publicar un comentario

Lo más leído

Reseña: Tres promesas - Lesslie Polinesia

Análisis: El mensajero de Agartha de Mario Mendoza

Reseña: La teoría de Kim (Tomo 1) - Jay Sandoval

Reseña: Boulevard (Boulevard #1) - Flor M. Salvador

Reseña: Almendra - Won-Pyung Sohn