Reseña: Dos chicos besándose - David Levithan
Cuando era adolescente sentía una
repulsión casi insana por todo tipo de fluido corporal. Ver a la gente sudar me
revolvía el estómago, descubrir a alguien pasando un pañuelo por su nariz me
hacía palidecer, ni que decir de presenciar un par de lenguas rozándose; el
asco que sentía no tenía medida alguna de cuantificación. Ahora me resulta muy
curioso que en plena edad de efervescencia hormonal, en donde este tipo de
fluidos suelen ser el pan de cada día, esa fobia tan irracional se haya hecho
presente. Siempre he sido un tipo raro.
Pero bueno, como hasta las mejores cosas tienen un final,
luego de muchos papelitos danzando de un lado a otro del salón, de sonrisas
etéreas que se adueñaron de mis neuronas y de varias chocolatinas con
destinataria definida que culminaban en un delicado, pero apasionado abrazo, mis murallas se fueron quebrando y mi lado
romántico (mi verdadero yo, aunque en ocasiones me haga el fuerte) dijo
presente.
Un día, luego de servicio social, decidí acompañar a casa a
quien en su momento consideraba era mi alma gemela (cuán ciego puede llegar a ser el amor). Mientras la novela de las
5 de la tarde hipnotizaba al portero, mis piernas se hicieron gelatina y mis
manos empezaron a derretirse; un tomate rojo lucía pálido a mi lado. Nuestros
dedos se entrelazaron y como si de un truco de Houdini se tratara, todas mis
prevenciones, miedos y demás desaparecieron en el momento en que su boca rozó
la mía y el paraíso se hizo pequeño para todo lo que estaba experimentando ahí
de pie.
Además de experiencias inolvidables, un dolor de espalda
tremendo y muchas personas especiales para el camino, la Feria del Libro de
Buenos Aires 2016 dejó nuevos habitantes en mis estanterías y algunos cuantos
pesos menos en la cuenta bancaria. Uno de ellos es del que vengo a hablarles en
esta oportunidad. Dos chicos besándose de David Levithan.
Aquí nos encontramos con la historia de Harry y Craig, un par
de adolescentes que quieren romper el record mundial del beso más largo del
mundo, que actualmente está sobre las 32 horas. Pero contrario a lo que la
mayoría busca al querer romper este tipo de marcas, la intención de estos dos
va más allá de que sus nombres aparezcan en una lista y de la divulgación
mediática que ello pueda generarles…
En mi búsqueda de libros de temática LGBT, me encontré con una portada azul chillona, una
tipografía poética enfrentada que construye dos rostros diferentes pero
equiparables, y un tono fucsia contrastante que rompía con la sobriedad
informal que se me había presentado. De inmediato algo hizo clic en mi
cabeza y como si se tratase de un impulso, mi mano izquierda lo agarró y la
derecha entregó la tarjeta de crédito. Una cubierta preciosa y demasiado
llamativa es el primer gran acierto de la versión en español de esta obra.
Empezando el mes de julio decidí pasar de la fachada y ver
lo que me encontraba en las hojas y vaya buena experiencia he tenido. Dos chicos besándose es un tejido de
historias contadas por jóvenes que viven, sienten y aman como cualquier otro,
solo que para algunos su manera de vivir, sentir y amar no es normal.
David Levithan nos entrega una narrativa amena y sencilla, en donde las voces de los diferentes interlocutores que va teniendo este libro se entretejen agradablemente en un coro que se disfruta y que suena bastante bien.
No importa si el clóset aún está presente, si fue abandonado
hace mucho rato, si lleva un trozo de tela estrujándole el pecho, si quiere ser
mil personas en una misma o si tiene miedo de enamorarse; cada una de las voces
con que nos encontramos en esta obra tiene algo que contarnos, unos conflictos
por mostrarnos, algunos lecciones para enseñarnos y muchas otras por aprender.
Esta suma de vidas y visiones de la realidad es sin duda
alguna el punto más interesante dentro de la construcción del libro, y si al
mismo le sumamos la destacable labor con los personajes, con la cual confluyen
y se conectan de manera exquisita, nos encontramos
ante una bomba tiempo lista para explotar y darnos una experiencia de lectura
increíble y, repito, muy amena. La decisión de Harry y Craig por derrotar
sus miedos y hacer algo que marque un precedente, el amor disparejo y
enternecedor de Neil y Peter (el detalle
que ocurre entre estos dos en una librería es para dar a gritos un sí ante el
altar sin pensarlo dos veces), el viaje de descubrimiento personal de Ryan
y Avery, o la magnífica travesía por un camino de perdición y de conflictos tan
cotidianos como lamentables que nos ofrece Tariq, mi personaje favorito. En
serio, vale la pena leerlo.
Si bien las relaciones entre parejas del mismo sexo son el
común denominador de este libro, el centro de la acción es un sentimiento
universal y al que todos somos susceptibles así queramos negarlo: el amor. El
hablar de respeto, de aceptación, de inclusión, de cariño, de amistad, de odio,
de discriminación, de segregación, y de los demás tópicos que se tratan en Dos chicos besándose, desemboca en
una oda casi quimérica, pero afortunadamente digerible, en donde el amor está
en el centro del escenario con los reflectores apuntando hacia él. El estilo poético empleado por Levithan
para dar vida a esta obra es algo sumamente agradable y que ofrece un aura
totalmente reconfortante para esta sencilla y ejemplar novela.
Y para cerrar esta reseña, era indispensable hablar de dos
cosas que me gustaron mucho y que hicieron terriblemente entretenida la lectura.
La primera, es la cantidad de citas inolvidables que me quedan para la vida; y
la segunda, los narradores centrales de la historia, a los cuáles no he
mencionado hasta ahora y a quienes debo una disculpa eterna por ello, que
espero acepten desde el lugar en el que estén; les debemos mucho. Vaya
excelente manera de dar un aire distinto a una historia tan simple y compleja a
la vez. Cuando lo lean, comprenderán de qué les estoy hablando y el valor que
cobran en todo.
Dos chicos besándose es una pintura llena de tramas y de contrastes. Un viaje por lo doloroso de ser
diferente y por lo esperanzador de decidirse a hacer algo para cambiar las
cosas. Una ruta llena de experiencias, de enseñanzas y de frases indelebles y
necesarias. Una muestra más de lo valioso de la sencillez. Un libro universal
que te ayudará en la dura, pero gratificante tarea de decidir ser feliz. Una de
mis mejores lecturas del 2016.
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