Reseña: Virus (Virus #1) - Alvaro Vanegas

Un sábado en la noche, y más en pleno cierre de año, el plan de muchos es estar bebiendo algo, cenando en un restaurante cualquiera, charlando con sus amigos, viendo los alumbrados navideños o sentados ante un televisor. Por mi parte, decidí cambiar cualquiera de esos planes por estar en la sala de mi casa, frente a un computador, sacando de mis entrañas todo lo que un libro dejo metido en mí; tratando de expeler el virus que inyectó en mi interior un grupo de letras engendradas por una pluma conocida.

El libro del que vengo a hablarles en esta fría noche bogotana, con cobija encima y con un vaso con leche a mi lado, es "Virus", la última obra de uno de mis escritores favoritos, el excelentísimo Alvaro Vanegas, la cual ve la luz gracias a la Editorial 531. Este nuevo hijo llega al mundo acompañado de una portada que debo confesar, me parece un tanto fuera de tono, pero bueno, no todo puede ser perfecto y para gustos los colores.

En esta ocasión nos enfrentamos a una ciudad en decadencia, en donde en cuestión de segundos todo lo que constituía normalidad se ve eclipsado por una horda enardecida de seres salidos de cualquier estándar, de dentelladas escarlatas, de excitación visceral y de putrefacción en cada esquina. En medio del apocalipsis, Iván, un banquero con una vida "envidiable", ve como su realidad toma un tono rojo angustiante, obligándolo a replantearse y repensarse como ser humano.

Desde el primer momento en que abrí el libro fue imposible soltarlo; la manera en que Vanegas describe y detalla el fin del mundo se devela asquerosa, inquieta y magnífica; me hallé corriendo por mi vida en medio de edificios bañados en sangre, escarbando centímetro a centímetro por un rastro de humanidad, por un aliento de esperanza, por un antídoto utópico y por una media naranja extraviada.

Los capítulos se suceden de modo ingenioso, intercalando interlocutores locuazmente, dejando puntos altos cada nada y edificando una historia poderosa, con tintes muy comunes en el género, pero con elementos diferenciadores y sagaces que la convierten en un refresco para la mente.

A medida que nos movemos entre hígados, sesos y una tormenta de racionalidad, nos topamos con unos seres ágiles, fuertes y distintos a los que, desde que George Romero los hiciera famosos, han venido atestando el universo de zombis y demás seres infectados.

Otro, y quizá el punto en el que el aplauso se puede hacer más estruendoso para el autor, es el de la confección de todos y cada uno de los personajes que avivan el fuego de esta apocalíptica obra. Vanegas plasma la naturaleza humana en un grupo generoso y decidido a quedarse en la cabeza del lector; Iván, su esposa Ximena, el valiente e inolvidable Azul (amo los gatos, pero este perro me robó el alma), la cercana Martina, el equívoco Camilo, el ingenuo Alejandro y hasta la deschavetada vieja loca personifican los sentimiento más profundos y los rasgos que nos caracterizan diariamente, eso que nos hace lo que somos y lo que desconocemos, eso que brota en el día a día y que despierta en situaciones extraordinarias. Ovación total por esto.

No imaginan lo bonito que se siente ver a uno de tus autores favoritos haciendo esto.
Rodeado de escenarios infernales, de persecuciones para enmarcar, y estructurado co un toque cinematográfico que se agradece, "Virus" fue mostrándome un trasfondo social exquisito, una crítica a nuestro podrido sistema y a nuestra indiferencia como miembros de una sociedad, todo para terminar de manera fascinante en un cierre que me dejó con el corazón acelerado, con una lágrima en los ojos, con una incertidumbre abrumadora y con las ganas imperiosas de salir a gritarle al mundo: ¡QUÉ HIJO DE PUTA LIBRO TAN BUENO ACABO DE LEER!

Alvaro Vanegas (y la casa editorial por añadidura) lo vuelve a hacer, tomando todo lo que conocíamos de él como autor y potenciándolo de una manera impensable; se reinventa y lleva su trabajo a otro nivel. "Virus" es un libro convulsionado, trepidante y adictivo. Bien tenía razón en esperar por vivirlo para definir la lista de mis mejores lecturas del 2015. Estoy ávido de una dosis más...

Para cerrar esta reseña y saliéndome un poco de contexto, debo felicitar a Vanegas por mantener ese lado humano que lo caracteriza, por meter parte de su vida en la narración, por hacer homenaje a sus maestros, a sus compañeros de batalla, a esos seres que lo han apoyado y que lo han hecho ser lo que es, a los sesos detrás de cada uno de sus pasos por el apasionante mundo de la literatura. Hombre, nunca dejes de escribir, incluso en el fin del mundo, habrá un libro tuyo debajo del brazo desmembrado de algún loco por ahí.

Pdt: No asistir a los lanzamientos de la Editorial 531... Spolean y mal.

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