Mi Feria del Libro (Bogotá 2015)
Lo que me dejó la Filbo :) |
En un país en donde una persona lee en
promedio 1.5 libros al año, es todo un gusto contar con un espacio como
la Feria
del Libro de Bogotá, en donde se dan cita las grandes casas
editoriales, otras más modestas, otras que se están abriendo paso, los lectores
y un montón de actores que dan fuerza y le apuestan a este encuentro.
Desde primero de bachillerato, hace mucho
tiempo (la vejez llega, nada que hacer), y gracias al buen
rendimiento en clase de Español (modestia aparte), tuve el placer de integrar
un pequeño y privilegiado grupo de estudiantes que visitarían la feria ya
mencionada. Desde ese momento, año tras año, edición tras edición, quizá
saltándome un par de ellas, hice parte de este evento, como lector en formación.
Mi salario de estudiante no me permitía hacer grandes compras, pero siempre me
llevaba algo.
Este año, ese lector en formación ha
llegado a otro nivel; he leído como nunca antes, he descubierto géneros
maravillosos, he descubierto autores de todo tipo, he tratado de alimentarme y
estructurar opiniones respecto a la situación actual de la literatura en
conjunto, enfáticamente de la literatura juvenil, revisado el papel de las
casas editoriales en todo este cuento, revisado blogs y canales de youtube
inmersos en la materia… En fin, los libros tienen acaparada una parte
importante de mi agenda.
Al trabajar en una editorial (de
literatura jurídica, valga aclarar), tengo la posibilidad de asistir a la feria
con mayor facilidad, pero este año no quería ir en modo trabajo, sino en modo
visitante, en modo comprador, en el modo que debe visitarse un evento de este
tipo. Cuatro días en la Filbo, solo uno de trabajo.
Vamos a empezar hablando de lo positivo
Vía +Ministerio de Cultura |
El número de familias que vi este año
durante mis visitas a la feria es de alegrarse; papás y mamás de la mano de sus
hijos descubriendo mundos, consumiendo historias, familias buscando conexiones.
Fue una grata, pero grata sorpresa encontrarme con esto. Ver un papá buscando
con su hija cuentos, un hijo enseñando a su mamá todo esto de la realidad
aumentada en los libros… simplemente encantador.
La oferta. Las grandes editoriales se
fajaron, se vinieron armadas hasta los dientes con novedades por doquier.
Mención especial para Penguin Random House que les dio un
espacio importante dentro de la feria a los autores colombianos de trayectoria
y creo que eso se vio reflejado en las ventas.
Vía @filbogota |
Macondo. La elección del país invitado a la feria y el homenaje a la obra de
Gabriel García Márquez fue realmente soberbia. Los olores, los sabores, las
historias, la gallera, los libros, las líneas de tiempo, las conferencias y
charlas que allí se dieron lugar. Felicidad.
Las sorpresas
Ver la cantidad de editoriales
colombianas que están abriéndose espacio con buenas propuestas, dando
oportunidad a nuevas caras, con ánimo, con la mejor energía. No dimensionaba
todo lo que se está moviendo en el país en un negocio que podría pensarse,
agoniza en Colombia. Terrible equivocación. Aquí destaco a las que se me vienen
a la cabeza en este momento: Editorial 531, Calixta
Editores y Collage Editores.
De igual manera, ver tantas librerías,
tiendas y demás para hacer compras. Encontrar espacios como Dislectura,
en donde podías encontrar una oferta literaria, que si bien no contaba con
novedades, era excelente en todo el sentido de la palabra y que contaba con
precios muy, pero MUY atractivos… Libros de $5.000, $10.000 y $15.000 en su
mayoría. Se imaginarán como terminó mi billetera luego de pasarme por ahí.
Esta librería es solo un ejemplo, porque ofertas hubo en toda la feria,
unas mejores que otras, por supuesto.
Vía @megustaleerco |
Hablando de ofertas, tengo que hacer
dos menciones especiales: la Panamericana está haciendo las cosas muy bien en
cuanto a su librería se refiere; una oferta que crece día a día, su editorial
metiéndose de lleno en el cuento, la absurda cantidad de promociones que tenían
(y que tienen, todos los días en sus puntos de venta) y la oferta de literatura
en inglés más fuerte que he visto en las grandes superficies. La otra mención
va para Penguin
Random House nuevamente; el 50% de descuento
durante el cierre de la feria fue ÉPICO. Nada más por decir.
Fue muy interesante ver como la oferta
cultural, más allá de los libros, se hace un lugar cada vez más importante. Se
crea un ambiente en donde hay espacio para todos y en donde se puede aprender y
apreciar otro tipo de cosas.
Y un aplauso para quienes se están
metiendo en las nuevas tendencias y están buscando formas de potenciar la
literatura, haciéndola interactiva, más cercana a las nuevas generaciones. Esto
de la realidad aumentada en los libros es algo muy chévere.
Ahora vamos con lo malo
Muchos, pero muchos jóvenes visitando
la feria, estableciendo relaciones cada vez más fuertes con la literatura, pero
¿qué tiene esto de malo? Aquí les dejo mis interrogantes ¿qué están leyendo los
jóvenes? ¿Qué tipo de relaciones están estableciendo con la literatura? Es
lamentable ver que con una oferta interesante en literatura juvenil, obras que
dejan mucho que desear sean las que estén metiéndose en la cabeza de la mayoría
de los jóvenes. Locura colectiva por “La edad de la verdad” del
youtuber Juan Pablo Jaramillo, por una serie de libros sobrevalorados como los
que componen la serie “After”, o por una obra lamentable, de la
cual con leer un par de páginas lo único que me quedó claro es que el afán de
dinero carcome el corazón y el alma de la literatura, como lo es “Mi
hermanastro” de Dani Cubides. Estos son solo ejemplos. Lamentable,
repito. Y aquí, la mención especial va para
la Casa
Editorial Planeta. Lo siento, pero creo que las cosas hay que
decirlas.
Vía @oceanocolombia |
Bloggers y booktubers. Apartándome de la locura colectiva que también generararon la mayoría
de los representantes de estas comunidades cada vez más grande en nuestro país,
partiendo de lo visto y alimentándome de comentarios purgados de esa locura
colectiva, debo decir que aún estamos muy crudos en la materia; hay muchas
ganas, mucho potencial y trabajo por hacer. Los jóvenes tenemos un espacio y un
papel importantísimo en la literatura, mucho que aportarle, mucho por
construir; esta comunidad tiene mucho por decir y creo que se pecó de
superficial en la mayoría de eventos; se notó en muchos casos la falta de
preparación. Lo triste en este
apartado, es que lo superficial, parece ser lo que se vende. Un problema
cultural interesante y preocupante. De igual manera y a pesar de todo, gracias,
especialmente, a la Editorial Océano por abrir estos
espacios y también al resto de editoriales que están viendo en esta comunidad
un aliado importante. Ojo, algunos, como la señorita Katherin
Velandia, lo hicieron muy bien dentro de sus espacios.
Y hablando de problemas culturales, el de los robos a los expositores sigue siendo uno increíble, pero que va creciendo con cada edición. El agravante y lo más vergonzoso llega con el saqueo de la primera copia de “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, robada de Macondo. Esto es para meter la cabeza bajo tierra.
Corferias se queda corto en materia de
infraestructura. Baños, espacios libres, zonas para los expositores, plazoleta
de comidas. Muy cortos.
Expositores, presentadores y
conversatorios. Hombre, la literatura es un negocio, pero un espacio como la
Feria del Libro de Bogotá, debe tener implícitos otros valores, otros
objetivos. Conocer lo que se está vendiendo, hablar con convicción, la seriedad
y el conocimiento a la hora de presentar un evento. Todo eso juega, aunque la
mayoría de los asistentes parezcan desinteresados al respecto. Pero ojo, muchos
de los conversatorios, charlas y eventos estuvieron a la altura.
Extra...
Para cerrar, dos comentarios: 1. No
puedo dejar de felicitar a la Editorial 531, pues dentro de los libros más vendidos
dentro de la Feria, Andrés Salgado con su “Martirio” y Margarita Arenas con “Donde guardas tus miedos”, se hicieron
presentes. Bravo. 2. Dentro de tanta locura colectiva y material que dejaba
mucho que desear, es una alegría inmensa ver a "La Oculta" de Héctor Abad, como
uno de los libros más vendidos de la Feria y el libro más vendido en lo que
lleva del año en Colombia.
Muchos libros, muchos rojos en la tarjeta de crédito, muchas experiencias, muchos amigos, muchas risas, muchas frustraciones, muchas cosas positivas, muchas otras por mejorar. Gracias a todos y cada uno de los que hicieron esto posible y nos vemos en la Filbo 2016.
*Nota especial para Cindy Roa y Mónica
Pradilla, con quienes descubrimos cuan colombianizado estaba
Macondo. Muchas gracias por esperarme, acompañarme, alimentar esta experiencia, enseñarme y hacerme reír.
Me parece tan triste que en Colombia se lea tan poco, y definitivamente es muy bueno que hagan las ferias del libro pero que no solo sea en Bogota. Aca en Bucaramanga hacen una feria del libro de la que nadie se entera , yo pienso que deberian hacerle la misma publicidad a las de las otras ciudades como a la de Bogota, asi motivarian mas a la gente a visitarlas. Yo lei martirio y bueno fue maso.
ResponderBorrarBesitos.
Hola Fernanda, totalmente de acuerdo, debería hacerse la difusión respectiva y que merecen todos y cada uno de estos eventos. La lectura lo necesita y el país necesita la lectura. Frente a Martirio, no es una obra de arte, tiene varios detalles que dejan que desear, pero es algo diferente; me alegra por la Editorial más que nada, los 531 lo están haciendo muy bien.
BorrarUn abrazo desde Bogotá :)