Reseña: El mar infinito (La quinta ola #2) - Rick Yancey
Una de las lecturas más amenas y bien logradas con que me he
encontrado en este 2015 ha sido, sin duda alguna, “La quinta ola” de Rick Yancey;
partiendo de ahí, mis ganas de saber qué pasaría con este intento de acabar con
la humanidad, qué le tiene deparado el futuro a Cassie y su hermano, cuál será
el destino del pequeño oso o si Evan realmente había partido. No me aguanté las
ganas y me sumergí de inmediato en “El mar
Infinito”, la segunda entrega de esta trilogía que llega a Colombia gracias
a Plaza & Janés.
Lo primero que debo mencionar, es que al ver el nombre del
libro, me llegó a la mente una sexta ola; pero el trabajo implícito en ese
título, es algo más metafórico y que lleva inmersa la esencia de lo que es la
trilogía y que con el pasar de las hojas cada uno de sucesos van sumando a ese
propósito. Siguiendo por ahí, la portada que acompaña este tomo contrasta con
la de su antecesor, no llegándome del mismo modo, pero sin disgustarme en lo
absoluto.
Bueno pues, tiempo de hablar del libro. Al cierre de “La quinta ola”, Cassie, Ben y el pequeño Sammy lograron escapar del búnker
gracias al sacrificio (¿?) de Evan y a la más que pertinente llegada del grupo
amigo de Zombi; ahora el grupo tomaba un camino incierto hacia rumbo
indeterminado. “El mar infinito” no inicia allí exactamente, sino que se
adelanta y nos muestra al grupo ya instalado en un hotel que empieza a recibir
al invierno y sus inclementes condiciones (temperaturas bajo cero para ser más
específico).
La historia que Yancey nos cuenta desde ese punto no es
ágil, peca de sosa y carece de la fuerza lograda en la entrega anterior. Los
diálogos en muchos casos bien manejados no son lo suficientemente cargados de
emoción como para darle mayor ritmo a todo y el libro se sumerge en un mar
infinito en donde las olas no existen y la emoción se ve relegada a pequeños
momentos durante la primera mitad de este tomo. Créanme, en muchos momentos me
paré, tomé un café, prendí el TV, saludé a mis peces, me volví a sentar y
repasé muchos parajes ya visitados entre las letras del autor, pero la
desconexión era la sensación recurrente. No me enganchaba, sentía que Cassie y
Ben perdían el rumbo y salvar la obra les quedaba grande, me sentí triste pues
las diferentes situaciones que se planteaban no me llenaban y la lentitud de la
narrativa solo me aportaba malas sensaciones.
Hacha es uno de esos personajes secundarios que dentro de “La quinta ola” mostró su carácter fuerte y me dejó muchos interrogantes
respecto del papel que desempeñaría en la historia, más allá de hacer parte del
cuadrado amoroso allí planteado; desde el inicio de “El mar infinito”, es Hacha quien sembró en mi mayor incertidumbre,
pues se hace un lugar protagónico en todo este cuento y su lugar en todo queda
en stand by. Es Hacha y ese papel que empieza a desempeñar en la historia lo
que sirve de salvavidas al libro, lo revitaliza y lo llena de fuerza, de todo
eso que Yancey había ofrecido y que parecía incapaz de mantener con más de la
mitad del libro ya leído. Es este personaje tan lleno de fuerza, de valentía,
de tantas cosas que le dan un giro interesante a todo, quien saca la cara por
esta parte de la saga; su historia es emocionante, todo lo que tiene que
atravesar te mantiene al borde del colapso y fue la inyección que me mantuvo
pegado y pasando hojas a un ritmo inesperado hasta llegar al desenlace del
libro.
Además de esto, desde que Hacha hace su regresa triunfal, el
resto de los personajes y las situaciones en que se sumen, parecen tomar un
aire nuevo y alimentarse de lo que ya mencioné para reavivar la saga y girar el
timón, quizás, hacia un mejor destino.
¿Y el final? Tremendo. Hacha se luce una vez más y mi
confianza en lo que puede lograr Yancey regresa, además, mi amor por la saga y
mis ganas por saber en que culminará todo.
A modo de cierre, me permito hacer dos comentarios: 1. El precio
del libro es excesivo y fue el freno para adquirirlo en físico y recurrir al
ebook que es tres veces más económico, al menos en Colombia, 2. El agradecimiento
que hace Rick Yancey a su esposa es la perfección hecha letras, es la muestra
del amor puro que todos deberíamos encontrar y vivir al menos una vez en la
vida, de ese amor que espera, apoya y alimenta. Una sonrisa antes de cerrar este capítulo.
Vía @EdMolino en Twitter |
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