Reseña: Mal paga el diablo - Alvaro Vanegas
Hay cosas que se pasan por tu vida y no puedes sacarte de la
cabeza. Vas por el centro comercial y vez una camisa de cuadros de esas que
quieres tener, o pasas por un puesto de empanadas y mueres de ganas por comerte
una, quizá vas caminando por la universidad y ves pasar a la persona que te
gusta, o tal vez vas revisando tu timeline y te encuentras con la portada de un
libro que te hipnotiza y te dice: CÓMPRAME.
Con Alvaro Vanegas me sumergí en un género desconocido, el
cual no me generaba interés alguno; luego de “Despertares Atroces” mi mente necesitaba una dosis más de terror hecho letras y después
de hipnotizarme con su portada, y gracias al mismo autor, la recibí.
“Mal paga el diablo” llega de la mano de la Editorial 531, la misma casa de “Martirio”
de Andrés Salgado; $36.617 en físico y $10.000 en ebook… Un regalo en todo el
sentido de la palabra (pueden regalárselo haciendo click aquí).
Como ya mencioné, una mirada penetrante, de un matiz oscuro
y seductor al mismo tiempo, cercada por un rostro de porcelana en donde la
perfección se hace presente, fue la carta de presentación que necesitaba (además
de lo complacido que quedé luego de leer “Despertares Atroces”) y que me llenó de motivos para comprar este libro.
Vanegas nos cuenta la historia de Laura, una mujer llena de
conflictos y problemas, que recurre a casinos para escapar de su realidad y
buscar una solución a la mierda de vida que lleva, olvidando (o haciéndose la
de la vista gorda) que el juego es un problema que puede realmente destruir vidas.
Pero como todos sabemos, cuando las cosas están mal, pueden ponerse peor; para
nuestra protagonista no es la excepción y Felipe, el diablo en persona, la
invita a unirse a su equipo y trabajar para él. “El diablo es puerco” dicen por
ahí, a lo que me permito añadir “la gente es pendeja”… Laura firma y ese es el punto
de partida.
Con el paso de 196 páginas, el autor crea una atmósfera
fascinante; la oscuridad de los escenarios que se construyen, la forma en que
cada suceso va formando y modificando la estructura de cada personaje (la vida
de Marcial toca fibras, magnífico lo que se logra con este hombre), la
desesperación que de manera trágica reviste a Laura, el compendio de
sensaciones que se fueron quedando en mi interior con cada situación, el trasfondo
crítico frente a la sociedad en constante deformación en que vivimos.
Tenía muchas expectativas con “Mal paga el diablo”, las
cuales se incrementaron al saber que tendrá su adaptación en la
pantalla gigante; dichas expectativas fueron compensadas con creces.
El lunar de todo llegó con el final; lo leí y quise no
creerlo a pesar de que en un pasaje de la historia llegué a visualizarlo;
dormí, desperté, lo volví a revisar y me dejó un sabor de boca extraño. No es
un mal final, eso lo juzga cada quien, pero si bien me sorprendió, no me llenó
por completo, me pintó puntos suspensivos en el sistema nervioso.
Solo me queda expresar mi respeto y admiración por lo que
está haciendo la Editorial 531 y por la puerta que la imaginación de Alvaro
Vanegas me abrió y de la cual guardo la llave y creo que no la soltaré hasta
que una caja de madera sea mi eterno hogar.
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