El dolor de la imaginación
Hoy me pregunto hasta donde hemos llegado
si la puerta del infierno junto a mi has atravesado,
si al demonio, fiel amigo, de la mano he saludado;
y luego en su morada mil orgasmos encontrado.
No encuentro precisión al encontrarte al lado mío
o en la indecencia provocada de mis labios en tu ombligo,
parsimonia inexistente beso a beso en tu destino
pernoctando en mil lugares, sofocando el rudo frío.
Recordando en este puente las figuras en tu vientre,
de mi lengua rencorosa intimidada ante tu prosa,
de las noches y los días de pasiones reprimidas,
derrocando sin temor las prevenciones en osadía.
Son las cinco y ya no encuentro más respuestas,
son las cinco y cada lágrima me cuesta,
no te quiero aquí de vuelta día a día en mi presencia
pues me he relegado a despedirte sin más en la secuencia.
Me perturba caminar entre la lluvia hoy hiriente,
descarto la alegría al verte de su mano hoy sonriente
sabiendo que algún día el edificio construimos
ese mismo que ante mis pies hoy yace derruido.
Te regalo tanto que dejaste y he cuidado,
tantas despedidas que yo mismo he creado,
tantos días que con odio he recorrido,
simplemente amor que al primer suspiro he sentido.
Me marcho sin más con el dolor al hombro,
un par de monedas y tus bragas como escombros
de lo que fue o imagine y no pudo ser
de lo que hoy tienes y yo debo reconocer.
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