Dos semanas
Esperando me he quedado, a tu puerta ya postrado Dormitando aun en vilo, venidero veo tu olvido Grito y lloro sin descanso, es inútil ser tan manso Pendenciero presidente, un perfecto impotente. Sin reparo mido el llanto, miento y vivo sin descanso Preparando la salida, un perfecto plan de huída Callo enteras mis palabras, preparando las miradas Empeñado por tu vientre, el mismo siempre indiferente. Encontré ayer tus miedos, tus rencores, tus anhelos Tu arraigado y fiel deseo, pesadilla bajo fuego He rogado a mil y un santos, he rezado sin descanso Pido a Dios y a las estrellas, que mi cuerpo sea tu arena, Ya mis manos tus pinceles, que mis brazos tus cuarteles Pido tiempo y mil espacios, pido llanto y tres retazos De la esencia de tus labios, feneciendo en tu regazo Quiero tanto, añoro todo, enemisto al desahogo Yo corrompo mi dulzura, por un día en tu armadura Y mi espada desenvaino, soy inerte a tu mandato. Permitiéndome hoy en prosa, un prese