Devenir incierto, Patria inestable (Volumen II)

Color de rosa, así se configuró el panorama nacional para lo que se constituía como un utópico porvenir según muchos, para otros una puerta que se abría; pero para el rebaño adormecido y privado inesperadamente del poder; la palabra traición era la adecuada.

La crema y nata de la sociedad Colombiana, en gran parte gestora de la llegada al poder de Juan Manuel Santos, soportó y aprobó su labor; pero el pilar del proyecto de país propuesto por el modelo de Unidad nacional, se constituía en consentir al pueblo flagelado durante largos años; cosa que no pareció ponerse en marcha de manera firme en ningún momento, pues el afán incesante por abrir las puertas del país al mundo (sin estar preparados estructural, técnica y tecnológicamente para ello) a través de acuerdos multilaterales se convirtió en el tema de agenda central.

El medio ambiente, olvidado y violentado medio ambiente; sin duda alguna el grupo Santos se anotó un punto importante en esta materia con su plan de billonaria inversión en la recuperación del río Bogotá; pero como dice un viejo y conocido refrán "El codo arruina lo que la mano esculpe", la concesión de terrenos al sector minero se hizo indomable; si bien, en un mundo neoliberal la tendencia se marca en el modo en que el gobierno logra servir a las multinacionales, es deber del estado no permitirlo, o al menos mitigar los efectos que esto pueda generar; pero no fue así en este caso. Les dice algo ¿Quimbo?, ¿Tayrona?... No solo daños al terreno, sino a la población ocupante.

La seguridad democrática, logró dar tranquilidad a los viajeros en el interior del país (los medios no interesan en este punto), se pudo viajar en calma en las carreteras que atraviesan el territorio nacional; esto se perdió, los grupos al margen de la ley retomaron el control (aparentemente perdido) y las riendas de la nación, y con las ciudades convertidas en "nidos de ratas", la finca se hizo un paraíso insoportable.

Fiascos como la flagelada reforma jurídica, un vergonzoso proyecto de reforma al régimen tributario nacional, promover el aumento de edad para acceder a la pensión, firma indiscriminada de acuerdos internacionales... las cartas se pusieron en la mesa; y El padre enojado no se quedaría quieto con esto.

Cada error fue una oportunidad de satanizar el discurso Santista, romper su burbuja edificada durante el primer año de gobierno y de atrapar más ovejas para su rebaño. Uribe vigente sin duda alguna, y su popularidad intacta y en auge a pesar de todo, en contra de todo, inclusive de la concepción de un estado social de derecho; modelo bajo el cual, según la constitución política de 1991, Colombia se rige.

El hijo destruyó y dio vuelta a todo lo que el padre había configurado, destruyó lo edificado en 8 años, maltrató los principios postulados en la política de seguridad democrática; el partido de la U ya no es el hogar para el grupo Uribe... Y por arte de magia negra, se da a luz al Puro Centro Democrático; vaya falacia, vaya configuración lingüística, vaya compromiso con la identidad nacional, simplemente vaya. 

El tema Cauca, un territorio olvidado como muchos otros en el país, no es nada nuevo; pero seguramente las declaraciones de la oposición del naciente "Puro Centro Democrático" no se harán esperar respecto a la crisis interna que se agudizó hoy en día.

El mañana sin duda alguna dependerá de cuan fuerte sea el accionar de la justicia frente a las ollas destapadas y la corrupción imperante durante los 8 años de gobierno de Uribe; de la posición y la definición de país que Santos logre diseminar en el país, de las decisiones y un acertado cuerpo asesor que actué en favor de la prosperidad democrática; de cuan fuerte sea el amor de los Colombianos por el país, cuantas ganas tengamos de construir un edificio en bases fuertes y con elementos de calidad que permitan fortalecer el concepto de país y enriquecer estructuralmente al Estado, o ¿Carisma nuevamente?

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