Daño cardíaco en la 18.
Siempre encontré respuestas
a preguntas mal propuestas,
a horizontes definidos
por maltrecha fe y olvido.
Nunca fui más que un paciente
adolorido en la pasión ferviente,
tan perdido como niño en tu regazo
tan estoico como el amor ante el ocaso.
Cuestiono remembranzas ayer tejidas,
a tus manos amoldadas, primorosa encandecida;
que despejas con un beso mi intención hecha palabra
que derrumbas cuando matas mi ilusión con la mirada.
Escribo y leo mil patrañas a tu nombre,
el mismo que he olvidado,
aquel que jamás respondes;
disimulando ser más fuerte que el olvido
mientras me extingo en un mar en día festivo.
Entre encontrarte, ser paciente y cuestionarme
he preferido un camino sin rumbo alguno forjarme,
mil vasos de veneno en la mesa preparar,
para una espera infinita, la cual no pretendo relatar.
Una bella forma de describir la combinación de un gran amor y una profunda tristeza. Me gusta mucho.
ResponderBorrarMil gracias Luis Fernando :)
Borrares ese desprenderse del idilio, ese salir del recuerdo alegre, lo que nos conlleva al insomnio catártico, tal vez, al barranco que existe entre las cobijas apáticas y el sueño esquivo. a la escritura, también.
ResponderBorraryo adopté una postura que asemeja al blindaje, un dejar de esperar y un dejar de buscar. aun así, no creo que sea un error tomar riesgos y fracasar. lo que pasa es que nadie está preparado para el fracaso, y así es difícil ver toda la magia que porta.
[mi condena es la abstención.
hoy sólo quiero dormir.]
Debería existir una escuela en donde nos enseñaran eso, pero nos toca aprender a nosotros mismos...
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