Luces, segundo acto.

Hoy de regreso al teatro,
al lugar donde la risa envuelve el llanto,
lugar de tristeza y desencanto,
de ilusiones, sueños y quebrantos.

Encargado de un papel ya conocido,
repasando líneas al recorrido
de pensamientos rotos y lágrimas derramadas,
entre deseos entabla la jornada.

El guión me parece conocido,
letras de amor y desenlace desabrido,
tan carente de vida y de candor,
donde abunda realidad ante ficción.

Decadente actor has contratado,
solo críticas para el libreto ha reservado,
inexpresivo y de dolor crucificado,
el suplicio su vida ha enmarcado.

Repaso libretos y entiendo con sumisión,
perpetuamente seré el peor postor
quizá por compartir tu profundo dolor,
o por aparentar pintar el mundo de color.

En mi guarida estas letras he nombrado,
las despedazo y su sentido no he hallado,
¿La muerte en mi ruta se ha atravesado?
¿He perdido lucidez? ¿Periplo equivocado?

Personifico un acto sin teatro,
una tonada que navega en mil presagios
compuesta en macabro intento hecho fracaso,
frustrado Figaro su papel no ha encontrado.

Acto final y luces encendidas,
se consuma el suplicio, se abre la salida
y concebir este flagelo que atormenta mi alma
es ya más sencillo, estoy solo en la sala.

Comentarios

  1. El teatro de la vida. Sensaciones y sentimientos encontrados. Tristeza, soledad, alegrías efímeras. Vivir, disfrutar, sentir, sufrir, vivir. Las vueltas de la vida. Un abrazo Esteban. Muy buen tema.

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