Dos semanas

Esperando me he quedado, a tu puerta ya postrado 
Dormitando aun en vilo, venidero veo tu olvido 
Grito y lloro sin descanso, es inútil ser tan manso 
Pendenciero presidente, un perfecto impotente. 

Sin reparo mido el llanto, miento y vivo sin descanso 
Preparando la salida, un perfecto plan de huída 
Callo enteras mis palabras, preparando las miradas 
Empeñado por tu vientre, el mismo siempre indiferente. 

Encontré ayer  tus miedos, tus rencores, tus anhelos 
Tu arraigado y fiel deseo, pesadilla bajo fuego 
He rogado a mil y un santos, he rezado sin descanso 
Pido a Dios y a las estrellas, que mi cuerpo sea tu arena, 
Ya mis manos tus pinceles, que mis brazos tus cuarteles 
Pido tiempo y mil espacios, pido llanto y tres retazos 
De la esencia de tus labios, feneciendo en tu regazo 
Quiero tanto, añoro todo, enemisto al desahogo 
Yo corrompo mi dulzura, por un día en tu armadura 
Y mi espada desenvaino, soy inerte a tu mandato. 

Permitiéndome hoy en prosa, un presente, un par de rosas 
El reloj desparpajado, marca el tiempo ante tu mano 
Frío siento, en vos hoy pienso, en silencio pido al viento 
Ser quien limpie tus recuerdos, quien construya vida en retro.

Comentarios

  1. "un perfecto impotente."

    yo siento pertenecer a esa generación abatida por su propia efusividad. días que se suceden mientras cuerpo y espíritu conviven mirando hacia lados distintos.

    es más que sentir que algo me falta... tal vez, estoy completo y no me he dado cuenta por pensar en otros cielos.

    me gusta esa sensación al final del texto, en tono de leve promesa que no le importa obtener más de lo que ofrece.
    muy bonito!

    un saludo, Esteban.

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    Respuestas
    1. Eso suele suceder y más seguido de lo que quisiéramos, esas ganas de buscar y buscar para sentirnos completos sin mirar realmente como son las cosas :)

      Un abrazo.

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